La acusación estuvo a cargo del fiscal Celso René Morales, quien ha llevado el caso desde el 2022, cuando se produjo la detención del ahora condenado. La víctima, en ese entonces, tenía 10 años y era su hijastra.
“Gracias a Dios no hubo coito, pero por supuesto que es una conducta reprochable. Esta representación fiscal solicitó una condena de 12 años en base a la gravedad del hecho, pero el Tribunal resolvió aplicar una pena de 10 años”, dijo el agente fiscal quien no obstante se mostró conforme con la decisión del órgano juzgador.
La condena se basó en la declaración de la niña en cámara Gesell, así como en las declaraciones de la madre y otros niños, los informes médicos y psicológicos, y otros elementos presentados durante el juicio. Estos elementos demostraron la existencia del hecho punible y la responsabilidad del acusado.
Los nombres del condenado, de la menor y de sus familiares se omiten en cumplimiento de lo dispuesto por el Código de la Niñez y Adolescencia.