Prisión para nativos que serían soldados de Macho

Los cuatro nativos detenidos el fin de semana en la primera operación de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el departamento de Canindeyú fueron imputados por asociación criminal y reducción; un magistrado de Curuguaty dispuso la prisión preventiva de todos ellos. Dos de los cuatro contaban con varios antecedentes y serían miembros de la logística del narco Felipe Santiago Acosta Riveros (40), alias Macho, quien utiliza aquella región del país para sus operaciones y para ocultarse de los organismos de seguridad.

Uno de los vehículos utilizados por los indigenas, incautado por la FTCgentileza
audima

Los detenidos fueron identificados como Delosanto López Ortiz (28), quien cuenta con órdenes de captura por amenaza de hecho punible, coacción grave, producción de riegos comunes e invasión de inmueble ajeno, asociación criminal, privación ilegítima de libertad y otros, su hermano Emigdio López Ortiz (46), buscado por los hechos de invasión de inmueble ajeno, hurto grave y homicidio doloso. Igualmente cayeron en la operación Pablo Cárdenas Román (28) e Ignacio López Ortiz (31), estos dos últimos sin antecedente, todos ellos domiciliados en la comunidad Yapo, ubicada en el distrito de Corpus Christi.

Los cuatro nativos se movilizaban a bordo de dos camioneta Toyota Fortuner, una de ellas denunciada como robada en la ciudad de San Alberto, departamento de Alto Paraná y la otra presumiblemente fue sutraida en algún país vecino, según informaron fuentes oficiales.

Parte de la logística de Macho

Los cuatro mencionados formarían parte de la logística del capo narco más buscado del país Felipe Santiago Acosta Riveros (40), alias Macho. Estos nativos que serían líderes en sus comunidades se encargaban supuestamente de mover el dinero de la organización criminal que se dedica al tráfico de cocaína. Presuntamente, Macho utiliza una serie de pistas clandestinas instaladas en aquella región de país para bajar avionetas cargadas de cocaína provenientes de la Bolivia, conforme a la FTC.

La droga una vez en tierra es transbordada en vehículos, especialmente camionetas todo terreno para enviarla hacia territorio brasileño, operación que genera multimillonarias ganancias a la estructura criminal. El trabajo de los nativos consiste en aislar prácticamente la zona en que se mueven Macho y sus principales colaboradores.

Los nativos han comenzado a crear una zona liberada del control del Estado, a balazos se han apropiado de tierras obligando a los propietarios abandonar sus cultivos, principalmente de soja y prohibieron el ingreso de la Policía en ciertos sectores, donde están instaladas sus comunidades, siempre según la FTC.

El prófugo Macho se encargaría de proveerles las armas, municiones y los vehículos para moverse.

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