El accidente aéreo se produjo el viernes, aproximadamente a las 10:30, en un sector de tierras mecanizadas correspondiente a la jurisdicción de la comisaría 21ª de la compañía San Carlos del distrito de San Juan Nepomuceno, aunque justo en el límite con la jurisdicción de la subcomisaría 4ª de la compañía Enramadita del municipio de Tavaí, específicamente en las coordenadas 26° 09′ 51″ S, 55° 42′ 49″ W, en el departamento de Caazapá.
La nave siniestrada es una Cessna blanca con franjas azules, con bandera de Bolivia, que tenía una matrícula CP-3114 adulterada.
De hecho, otra avioneta, también boliviana y que usaba la misma matrícula, ya había sido incautada por la Policía con una carga de 221 kilos de cocaína, el 4 de agosto de 2021, en la colonia Fortuna del distrito de Hernandarias, departamento de Alto Paraná.
La máquina que cayó en Caazapá se quedó sin combustible en pleno vuelo, según reconoció su piloto, Erwin Raúl Roble Velazco (54), quien fue detenido esa misma noche a 1.300 metros del punto de impacto, cuando trataba de salir a la ruta en compañía de su copiloto, Jordan Melgar Salvatierra (30). Los dos son bolivianos y domiciliados en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Tras accidente aéreo, fiscal pide realizar microaspirado a la aeronave
Los extranjeros admitieron ante los policías de Investigaciones de Caazapá que salieron de su país con una carga de 300 kilos de cocaína y que debían descargar en unas coordenadas que les suministraron sus contratantes, pero que durante el vuelo les enviaron otras coordenadas que implicaban un viaje más largo.
Como la nave no tenía el combustible suficiente para llegar al último punto señalado, se estrelló en la zona de Caazapá, aunque sus tripulantes se salvaron gracias a las maniobras de aterrizaje de emergencia.
Extrañamente, cuando la Policía reportó el suceso, cerca del mediodía, en el informe apareció que la máquina estaba vacía.
Ante esta situación, el fiscal Carlos Ramírez dirigió el sábado último una inspección de la máquina y un procedimiento de análisis primario de campo, que consistió en derramar dentro de la máquina gotas de un químico que reacciona ante la cocaína, pero las pruebas resultaron negativas.
Ahora se pidió un microaspirado, para tratar de detectar partículas de drogas. Los bolivianos fueron imputados por tráfico de drogas (por el presunto traslado de drogas), reducción (por la avioneta que sería robada) y exposición a peligro del tráfico aéreo (por carecer de plan de vuelo).