Envían a su casa a supuesto polibandi que cayó con blindado robado en Brasil

La fiscala de Juan Eulogio Estigarribia, Sonia Elizabeth Estigarribia Alvarenga, y el juez de Caaguazú, Rafael Joaquín Domínguez Burgos, enviaron a reposar en su casa de Ciudad del Este al policía de Investigaciones de Encarnación Diego Osvaldo Cáceres Benítez, quien fue capturado a balazos en Juan Manuel Frutos cuando trasladaba aparentemente hacia Pedro Juan Caballero un vehículo blindado que fue robada en un asalto en Brasil.

Suboficial mayor Diego Osvaldo Cáceres Benítez, capturado.
audima

El supuesto “polibandi” es el suboficial mayor Diego Osvaldo Cáceres Benítez, de 41 años de edad, quien fija domicilio en Ciudad del Este, la capital del departamento de Alto Paraná, pero desde hace menos de un mes trabajaba como personal de planta de la oficina de Investigaciones de Encarnación, la capital el departamento de Itapúa.

El agente fue capturado el jueves de siesta, luego de que aparentemente recibiera en Ciudad del Este una camioneta Toyota Hilux negra, año 2023, blindada, que fue robada cuatro días antes, es decir, el domingo 18 de febrero pasado.

El vehículo pertenece a un argentino que fue asaltado cuando estaba de vacaciones y hospedado con toda su familia en una posada turística del exclusivo barrio Canasvieiras, en la ciudad de Florianópolis, estado de Santa Catarina, Brasil.

La persecución

El suboficial mayor Diego Cáceres condujo la camioneta desde Ciudad del Este por unos 110 kilómetros por la Ruta PY02 hasta el puesto de control instalado frente a la comisaría 21° de la colonia Torín, correspondiente al distrito de Juan Eulogio Estigarribia, también conocido como Campo 9, en el departamento de Caaguazú.

Cuando iba a ser controlado, el policía de Investigaciones atropelló el retén de sus colegas y se desató un tiroteo.

Los efectivos de la comisaría de Torín persiguieron la camioneta sospechosa por otros 32 kilómetros, pasando incluso por el centro de Campo 9, hasta que ingresó a un camino vecinal denominado Calle 9, ya en el jurisdicción de la comisaría 6° de la ciudad de Juan Manuel Frutos, también conocida como Pastoreo, siempre en el Quinto Departamento.

Siempre con disparos de por medio, los policías de Torín y de Pastoreo interceptaron la camioneta Toyota Hilux, al reventar una de las ruedas, y sometieron a su conductor quien para sorpresa de los intervinientes resultó ser colega de ellos.

La camioneta blindada perteneciente a una familia de Argentina, que fue robada en un salto en Brasil, pero recuperada del poder de un policía en Paraguay.

Chapa paraguaya

El policía tenía una pistola repleta de municiones y le colocó una chapa paraguaya a la camioneta robada que manejaba.

La citada matrícula es AAKH 543, que está asignada a un coche Toyota cuyo dueño vive en Encarnación, coincidentemente la ciudad donde prestaba servicios últimamente el uniformado.

De hecho, esa misma chapa supuestamente fue vista en los últimos días por una camioneta doble cabina que rondaba la casa de una autoridad política del departamento de Itapúa, según la información que maneja la propia Policía Nacional.

A un patrón de Pedro Juan Caballero

El policía Diego Cáceres aparentemente debía entregar el rodado de alta gama a un patrón de Pedro Juan Caballero, la capital del departamento de Amambay, donde de hecho nació y vivió el uniformado antes de mudarse a Ciudad del Este.

Supuestamente, el que iba a comprar el rodado quería aprovechar el blindaje de la camioneta para sus desplazamientos en la zona de la frontera seca, donde es casi natural para los mafiosos utilizar vehículos robados, también conocidos como cabritos o mau.

La identidad del patrón ya es manejada por la Policía.

La pistola supuestamente utilizada por el policía Diego Osvaldo Cáceres Benítez contra sus colegas que lo atraparon.

Imputación generosa

La fiscala de Campo 9, Sonia Elizabeth Estigarribia Alvarenga, presentó imputación solo por el hecho punible de reducción, es decir, tener una cosa robada, omitiendo otras figuras como resistencia, ya que el efectivo atropelló una barrera y huyó a balazos, lo que a su vez podría configurar una tentativa de homicidio contra los intervinientes.

Es más, la fiscala ni siquiera pidió la aplicación de la prisión preventiva.

Aunque él sí podría haber enviado a la cárcel al policía, el juez de Caaguazú, Rafael Joaquín Domínguez Burgos, obró en el mismo sentido que la fiscala y resolvió conceder arresto domiciliario al supuesto polibandi, quien a su vez desde este fin de semana ya reposa en su domicilio del kilómetro 9 Acaray.

En su resolución, el magistrado explica, por ejemplo, que “no estamos ante una persona reincidente en la comisión de hechos punibles”.

Policías de Torín, Campo 9 y Pastoreo rodean al suboficial mayor Diego Cáceres, quien aparece en el piso, sin remera.

Probablemente, el juez no tuvo nomás tiempo de al menos consultar en Internet el nombre del policía procesado, con lo que se hubiese enterado de que en 2011 ya había sido investigado por la fiscala Carolina Rosa Gadea por un supuesto intento de homicidio contra su vecino de Ciudad del Este, contra quien supuestamente disparó tras una discusión por un perro.

Otros antecedentes del supuesto “polibandi”

En 2014, Diego Cáceres cosechó otro antecedente por coacción, supuestamente en el ejercicio de sus funciones como policía, en una causa tramitada también en Ciudad del Este.

Ese mismo año fue procesado por homicidio culposo en Coronel Oviedo, la capital del departamento de Caaguazú.

En 2020, fue otra vez detenido e incluso encarcelado en la Agrupación Especializada de Asunción por el secuestro e intento de homicidio de un comerciante en Ciudad del Este.

La víctima de aquel caso denunció que fue secuestrado por Cáceres y otros dos agentes, todos en ese momento personales de Investigaciones de Ciudad del Este, quienes supuestamente le exigieron dinero para no plantarle drogas.

Como no consiguió el dinero, la víctima fue llevada hacia el río Monday, donde lo arrodillaron como para ejecutarlo, pero maniatado y todo se tiró al cauce hídrico y así sobrevivió milagrosamente.

En esta causa, el policía tiene sobreseimiento provisional, ya que cuando empezó el proceso recusó a la fiscala Estela Marys Ramírez, a la que incluso denunció por persecución de inocentes, y luego consiguió que el fiscal Rodolfo Irán Colmán se allanara a su pedido de libertad.

La muerte del fiscal Colmán favoreció al policía Diego Cáceres, ya que el expediente quedó prácticamente congelado.

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