Supuestos vínculos del escurridizo Marset causan escándalos en la región

El presunto narco uruguayo Sebastián Enrique Marset Cabrera (32), quizás el más buscado en la región ha generado verdaderos escándalos en su país, como el Bolivia y en Paraguay por sus conexiones con autoridades y políticos, de quienes recibió aparentemente favores que lo ayudan a eludir a los organismos de seguridad y seguir enviando toneladas de cocaína a Europa y África.

Sebastián Enrique Marset Cabrera, se presentó en Paraguay como un importante productor de eventos, de grandes conciertos.GENTILEZA
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Sebastián Enrique Marset Cabrera, nacido el 10 de abril de 1991 en la ciudad de Montevideo, Uruguay, fue procesado en su país en el 2023, en el marco de la “Operación Halcón”, que concluyó con la incautación de 173 kilos de marihuana, presumiblemente paraguaya y 335 kilos de cocaína. El sospechoso fue condenado y en el 2018 recuperó su libertad.

Casi inmediatamente luego de abandonar la cárcel, el 15 de mayo del 2018, Marset ingresó a Paraguay con sus documentos originales, el charrúa estuvo 12 días en nuestro país y luego regresó al Uruguay.

El 24 de agosto del 2019 Marset volvió a ingresar al Paraguay, esta vez con una documentación falsa, que contenía su fotografía, pero estaba nombre del boliviano Gabriel de Souza Beumer. Con este pasaporte, el capo narco efectuó una serie de viajes por la región, hasta que finalmente, el 18 de octubre del 2019 se radicó en nuestro país con su esposa Gianina García Troche y dos hijos menores de edad.

Para camuflar sus verdaderas actividades Marset se presentó como un próspero empresario del rubro de espectáculos, dedicados a la organización de grandes eventos.

Los hermanos Insfrán

Sin embargo, para ese entonces ya había asegurado la provisión de enormes cargas de cocaína con los mismos productores bolivianos, mientras que en Paraguay se había hecho socio de los hermanos Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, actualmente preso en la cárcel militar de Viñas Cue y el pastor José Alberto Insfrán Galeano. Ambos debían poner la logística para traer la droga en avionetas hasta el Chaco, de allí debían trasladar las mercancías nuevamente en avionetas hasta el departamento Central y Cordillera, y desde estos puntos llevarlas en vehículos hasta un depósito donde lo debían ocultar entre cargamentos de granos y cuero, para finalmente enviarlo a través de la vía marítima a puertos de Europa o África.

El presunto capo fugitivo ingresó a Bolivia en setiembre del 2022 y se afincó en Santa Cruz y compró un club de fútbol, donde jugó con la casaca 23.

Para concretar este gigantesco operativo la organización criminal creó o compró varias empresas y el dinero obtenido de las ventas era introducido al sistema financiero local a través de financieras y otras entidades.

Sin embargo, un equipo de investigadores de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) detectó las primeras actividades de la banda en los primeros días del mes de noviembre del 2019. Esto fue comunicado a la fiscalía y allí comenzaron a indagarlo. Los antidrogas manejaban el dato de que varias organizaciones criminales se juntaron para mover grandes cargas de cocaína de Bolivia hacia Paraguay.

Las empresas

El decomiso en el puerto de Amberes, Bélgica de 10.164 kilos de cocaína oculta en un cargamento de cuero fue el comienzo de una investigación que aglutinó a policías de Europa, Sudamérica y la DEA de los Estados Unidos que terminó por identificar a todos los vinculados a la organización criminal que fue creado por Marset. Según los agentes las empresas ARTIS S.A., Neumáticos Guairá S.A. y Maxigrains S.A., todas ellas bajo la coordinación y organización de Luis Fernando Sebriano González fueron las utilizadas para remesar la droga.

Finalmente, el 22 de febrero del 2022 el Ministerio Público con la ayuda de la Senad inició el operativo “A Ultranza Py”, que prácticamente desbarató la organización criminal de Marset y los hermanos Insfrán.

Pero Marset, quien estaba conectado con personas y autoridades muy importantes, en ese momento estaba en Emiratos Árabes Unidos, en un supuesto congreso narco desde donde logró conseguir un pasaporte uruguayo, que supuestamente utilizó luego para escapar hacia Bolivia.

La publicación de este hecho generó un verdadero escándalo en Uruguay, donde tres altos funcionarios del gobierno se vieron obligados a renunciar ante las evidencias de sus participaciones en la entrega del documentos al presunto capo narco fugitivo.

Marset en Bolivia

La mansión valuada en unos US$ 2.000.000 en la que estaba viviendo el escurridizo capo en la ciudad de Santa Cruz, Bolivia,

El mañana del sábado 29 de julio la Fiscalía y la Fuerza Especial contra el Narcotráfico (Felcn), de Bolivia, allanaron siete propiedades en un exclusivo barrio de Santa Cruz de la Sierra, en busca de Sebastián Enrique Marset Cabrera. Sin embargo, este y el resto de su familia lograron escapar apenas unas horas antes del feroz operativo de seguridad. Nuevamente, los contactos de charrúa le sirvieron para burlar a los organismos de seguridad bolivianos.

Según los antidrogas, Marset ingresó a Bolivia en setiembre del 2022 con un pasaporte falso a nombre del brasileño Luis Paulo Amorim Santos, su esposa y sus hijos aparentemente también contaban con documentos falsos. El fallido procedimiento también generó algunos escándalos en el vecino país, donde a nivel político se sucedieron las acusaciones contra altos funcionarios de seguridad por la supuesta protecciones que gozaba el fugitivo.

Pero en realidad Marset llevaba una vida pública muy activa en Santa Cruz, donde compró un club de fútbol, en el que jugaba con el número 23. También daba entrevistas a medios de prensa locales, principalmente canales de televisión.

La huida de Marset y su refugio en la frontera entre Paraguay y Brasil

Datos de inteligencia señalan que luego del escape de Santa Cruz, Bolivia, el capo narco se habría refugiado nuevamente en la frontera entre el Paraguay y el Brasil, desde donde sigue operando en el acopio y envío de cocaína a distintos puntos del planeta a través del territorio paraguayo.

El pastor Insfrán Galeano, quien estaría oculto en el departamento de Canindeyú es uno de sus elementos logísticos y este contaría con el apoyo del prófugo Felipe Santiago Acosta Riveros, de 40 años, alias Macho.

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