Miguel Ángel Insfrán Galeano fue apresado por agentes de la Policía Civil del Brasil al ser interceptado sobre la Avenida das Américas, en el barrio Recreio dos Bandeirantes de la ciudad de Río de Janeiro.
Manejaba una camioneta Toyota Hilux blanca registrada a nombre de un brasileño ahora también investigado por lavado de dinero.
Nuestro compatriota se halla recluido en una cárcel de dicha ciudad en espera de su extradición, que fue acelerada gracias a que él mismo aceptó abreviar los plazos procesales.
El plan operacional para la extradición de Insfrán contempla que cuatro policías del departamento de Interpol de Paraguay viajen en un vuelo comercial a Río de Janeiro el 17 de mayo, permanezcan dos días en el país vecino y que regresen a nuestro país el 19 de mayo, ya con Tío Rico como su prisionero.
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La comitiva tendría que llegar al aeropuerto Silvio Pettirossi de Luque a las 08:55, tras lo cual el procesado sería llevado directamente al departamento Judicial y, eventualmente, al Palacio de Justicia para su audiencia de imposición de medidas.
A Ultranza Py
Tío Rico está imputado en Paraguay en el marco de la histórica operación A Ultranza Py, desarrollada por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público entre 2019 y 2022.
Esta pesquisa identificó a la estructura más importante que operaba en nuestro país en el tráfico internacional de cocaína y lavado de dinero, que tenía justamente a Tío Rico como uno de los dos cabecillas.
El otro era el uruguayo Sebastián Enrique Marset Cabrera, de 32 años, alias Omelet. Se hacía llamar así porque supuestamente era “puro huevos”.
Según la imputación de la Fiscalía, basada en la investigación de la Senad, Tío Rico era el encargado de comprar la cocaína en Bolivia y traerla a Paraguay en avión hasta una pista de aterrizaje clandestina llamada El Codo, en el Chaco.
Después Tío Rico se ocupaba de ocultar los cargamentos ilegales dentro de productos lícitos para enviarlos a Europa vía marítima, siempre según la investigación.
Sistema token y mensajes encriptados de Sky ECC
En tanto que el trabajo del uruguayo Marset consistía en conseguir los compradores de la cocaína en Europa, negociar el precio de venta y luego traer el dinero mediante diversas técnicas.
Una de ellas era un sistema clandestino de giros o transferencias al que llamaban token.
Básicamente, este sistema funcionaba con un billete de un dólar que servía como una especie de cheque, ya que el pagador en Europa debía escribir sobre ellos unos números tipo código o contraseña e incluir además el apodo de la persona que debía cobrar en Sudamérica.
Los cobros se ejecutaban en casas de cambios clandestinas de Bolivia o Brasil asociadas a la red internacional y luego el dinero venía por tierra a Paraguay para ser reinvertido.
Por ejemplo, si el destinatario de la plata era Tío Rico, el pagador debía consignar en el billete token cualquiera de los apodos, previamente suministrados por el paraguayo, a través del sistema de mensajería encriptado Sky ECC que este grupo utilizaba para comunicarse.
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Algunos de los apodos que usaba Tío Rico eran Macrón, Skoda y R5, según fue descubierto cuando la Europol (policía de Europa) logró desencriptar los mensajes entre los miembros del grupo de narcos.
Las trascripciones de estos mensajes secretos fueron proveídas a la Senad a partir de julio de 2021, cuando la institución antidrogas de Paraguay ya sabía que Insfrán era uno los líderes de la estructura en nuestro país, ya que la investigación se había iniciado en 2019, aunque en ese momento se llamaba caso Araí.
Si la Europol no desencriptaba estos mensajes, tal vez en Paraguay nunca se hubiese podido desbaratar esta organización.
La fuga
La identificación plena de Tío Rico como supuesto narco se dio ya el 12 de diciembre de 2020, cuando la Senad hizo un sobrevuelo en la zona de la pista de aterrizaje clandestina denominada El Codo, en el Chaco paraguayo, y los agentes especiales confirmaron que en ese lugar era descargada la cocaína adquirida en Bolivia.
Sin embargo, como la Senad aparentemente quería seguir juntando elementos contra Tío Rico nunca se ejecutó su captura, hasta que incluso este se fugó a Brasil, donde finalmente cayó.