Lorenzo González Martínez, de 46 años de edad, nacido el 5 de setiembre de 1976, finalmente será enjuiciado por el secuestro y el asesinato de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, ocurridos entre 2004 y 2005.
El juez Mirko Valinotti elevó la causa a juicio oral el martes último, en una audiencia preliminar en la que el Ministerio Público estuvo representado por el fiscal de la unidad Antisecuestro, Lorenzo Lezcano.
La acusación fiscal dice, entre otras cosas, que Lorenzo González actuó aquella noche del 21 de setiembre de 2004 como uno de los pistoleros que interceptaron la camioneta de Cecilia Cubas con un automóvil Ford Escort rojo, con chapa AAL 041. El otro rodado utilizado en la captura de la mujer fue un coche Volkswagen Santana azul, con chapa AJE 509.
El relato del Ministerio Público ofrecido en la audiencia preliminar señala que “el grupo de secuestradores estaba dividido en dos grupos, el primero, grupo negociador o decisor, y el segundo, grupo ejecutor o armado”.
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Señalado por integrar el grupo armado y decisor
Supuestamente, Lorenzo integró el grupo ejecutor o armado, junto con los prófugos Manuel Cristaldo Mieres, Magna Meza y Vidalina Cardozo Cáceres, así como con los condenados Carlos Ramón Espínola, Manuel Portillo, Pedro Chamorro, Aldo Meza y Óscar Luis Benítez, e igualmente con los ya fallecidos Severiano Martínez, Osvaldo Villalba, Aldo Ariel Ávalos Benítez y Gabriel Zárate Cardozo.
Lorenzo González, luego de la captura de Cecilia, supuestamente también pasó a integrar el grupo negociador o decisor que cerca de la Navidad del 2004 selló el destino trágico de la secuestrada.
Esta facción estaba integrada por el ya fallecido Osmar Martínez, los condenados Francisca Andino, Anastasio Mieres Burgos, Basiliano Cardozo, Gustavo Lezcano, Simeón Bordón, Roque Rodríguez, Arístides Vera y Agustín Acosta, así como por los prófugos Ángel Acosta y Blas Franco y por el testigo de la Fiscalía, Dionisio Olazar.
Las pruebas que la Fiscalía entregó al juez Mirko Valinotti para que este aceptara elevar la causa a juicio incluyen, por ejemplo, todas las comunicaciones escritas que recibió la familia de Cecilia durante las primeras semanas del secuestro.