Bogado Fernández se encontraba detenido en la Comisaría 1ª de Encarnación, pero un oficio remitido por el juez López Sosa ordena al jefe de la unidad policial que disponga el traslado del detenido al domicilio ubicado en la calle José Ferreira Nº 972, casi Armero Naval Ríos, del barrio La Paz (en cercanías del Palacio de Justicia), donde guardará arresto domiciliario.
Lo llamativo del caso es que en el oficio remitido al jefe de comisaría se consigna que la resolución hace lugar “a la solicitud de medidas alternativas a la prisión preventiva solicitado (sic) por la representante del Ministerio Público y el abogado defensor a favor del imputado”.
Consultado sobre el punto, el fiscal interviniente, Enrique Díaz, rechazó que haya pedido medidas alternativas y dijo que en rigor pidió la prisión preventiva del imputado. “Yo pedí prisión. Está mal esa resolución; es más, ya está apelada y pido que se revoque y vuelva a prisión”, sostuvo el fiscal Díaz.
El representante del Ministerio Público sostuvo que desconoce el trasfondo de por qué el oficio remitido a la Policía consigna que el representante del Ministerio Público y el abogado defensor piden la aplicación de una medida alternativa a la prisión, o si se trata de un error de tipeo o una acción deliberada.
El procedimiento
La detención de Sergio Fabián Bogado Fernández se produjo alrededor de las 13:00 del miércoles 8 de marzo pasado, por agentes de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional.
El procedimiento fue ejecutado tras una denuncia de que en el lugar se encontraban vendiendo drogas a jóvenes desde un vehículo de color negro. Los agentes antinarcóticos comunicaron del hecho telefónicamente al fiscal Enrique Díaz y con apoyo de la Unidad Antisecuestros se estableció un operativo de vigilancia que culminó con la detención de Bogado Fernández.
El mismo se encontraba a bordo de un automóvil de la marca Volkswagen modelo New Polo, año 2022, color negro, chapa provisoria IJQ153, chasis 9BWAL5BZ7NP045249, y en su poder un “pan” de cocaína de alta pureza que arrojó un peso de 1.060 gramos.
De acuerdo a una evaluación hecha por los agentes antinarcóticos, la droga estaría valuada en unos G. 28.800.000, mientras que el automóvil en unos G. 80.000.000.