Ja’umina Fest: a un año de la tragedia causas abiertas entran en fase final

Hace un año ocurría un ataque en el anfiteatro José Asunción Flores de San Bernardino, durante el “Ja’umina Fest”, donde el objetivo era el narco y miembro del PCC, Marcos Ignacio Rojas Mora, quien murió. También perdió la vida la influencer Cristina Isabel Aranda Carrillo, Vita. Por esta causa hay dos procesados, y uno es un policía.

Tanto Cristina "Vita" Aranda como Marcos Rojas se encontraban en el sector "Camarotes Ja'umina", del Anfiteatro José Asunción Flores de San Benardino, donde se produjo el ataque a tiros el 30 de enero de 2022 durante el Ja'umina Fest.ABC Color
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Cerca de las 21:30 del 30 de enero de 2022, el Ja’umina Fest fue interrumpido de forma abrupta tras un tiroteo, que dejó dos víctimas fatales, el principal objetivo Marcos Ignacio Rojas Mora, alias Marcos Capital, un microtraficante y miembro del Primer Comando da Capital (PCC), y Cristina Isabel Aranda Carrillo, Vita, una influencer de redes sociales y esposa del jugador Iván Torres (Olimpia), que estaban en el sector “Camarote Ja’umina” (ver infografía).

Este hecho fue motivo de la apertura de una causa en el Ministerio Público, a cargo de la cual está la fiscala de Crimen Organizado Alicia Sapriza, quien señaló a ABC que en esta se encuentran procesados Alcides de Jesús Villasboa Peralta, alias Ropero, otro integrante del PCC, y el suboficial Junior Michel Peralta Díaz, del Departamento de Investigaciones de Santa Rosa del Aguaray, en San Pedro.

Ropero está imputado por el hecho de homicidio doloso en carácter de instigador y Junior Peralta, por asociación criminal y también por homicidio doloso en calidad de cómplice. Sapriza indicó que en febrero debe presentar su requerimiento conclusivo contra ellos.

Miembros del PCC

Sapriza señaló que tanto Marcos Rojas como Alcides Villasboa eran miembros ya bautizados del PCC. El primero se dedicaba al microtráfico a nivel de capital y Central, mientras que el segundo, en la zona de Pedro Juan Caballero.

En ese sentido, la fiscala explicó “el PCC es una estructura criminal, organizada en base a unos estatutos. Tiene una Sintonía paraguaya que tiene a su vez categorías o niveles de poder entre sus integrantes dentro de la estructura”, y a su vez, esta tiene un cuadro de disciplina.

Pago de una deuda

Según datos de la Fiscalía, Marcos Rojas había entregado mercancía a Alcides Villasboa, pero este último no le pagó de inmediato, por lo que Rojas fue exigiéndole el pago correspondiente. Sin embargo, como no tenía respuestas de su deudor, recurrió al cuadro de disciplina del PCC.

De parte de ese órgano del PCC entró a mediar Elio Baldovino Ovelar, alias Titán, quien emplazó a Villasboa a cumplir con el pago, pero este último volvió a posponerlo. Incluso se le otorgó una prórroga, pero tampoco cumplió.

Ya molesto por la insistencia y el emplazamiento, Villasboa “necesitaba adelantarse a los pasos del PCC y contrató sicarios. Después tomó conocimiento de que Rojas iba a ir a este concierto con otras personas y hace que lo maten ahí”, describió la fiscala. El motivo del ataque se constató en los chats que fueron extraídos de los celulares incautados.

Difícil construcción

Sapriza comentó que la construcción del caso fue bastante difícil, ya que hubo mucha gente y habían muchos testimonios dispares, por el susto, el momento y por ello “tuvimos que ir construyendo en base a los testimonios y las imágenes que proveyó la empresa”.

En cuanto a la parte del sicario, si bien no se pudo dar aún con él, la investigación no está cerrada.

Otras causas abiertas

Del caso principal derivaron otras causas, sobre la organización a cargo de las fiscalas Luz Guerrero, Nathalia Silva y Laura Giacummo; los acompañantes de Marcos Rojas, a cargo del fiscal Lorenzo Lezcano, y sobre policías que habrían colaborado. Todas estas entran en etapa de acusación.

Policías, a juicio por cubrir a un narco

El suboficial inspector Ramón Balbino Vargas Espinoza, quien prestaba servicios en la Dirección de Policía de Ñeembucú, y el suboficial superior Félix Antonio Ayala Caballero, del Departamento Judicial de la Policía, fueron acusados por frustración de la persecución y ejecución penal, acceso indebido a sistemas informáticos y alteración de datos relevantes, por los fiscales Rodrigo Estigarribia, Francisco Cabrera y Liliana Alcaraz.

Tras sustanciarse la audiencia preliminar, el juez Penal de Garantías Miguel Ángel Palacios resolvió que los mismos afronten juicio oral y público.

El ataque ocurrido en el “Ja’umina Fest” derivó también en la apertura de una pesquisa sobre dichos suboficiales, pues habían modificado en 13 ocasiones el prontuario informático policial del narco José Luis Bogado Quevedo, condenado en Brasil por organización delictuosa a 17 años, con 3 meses y 903 días de multa. Él sigue preso a la espera de que se lleve a cabo su extradición al Brasil.

Los suboficailes de Policía Ramón Balbino Vargas Espinoza y Félix Antonio Ayala Caballero, deberán afronar juicio por acceso indebido a sistemas informáticos y otros hechos púnibles.

Otros integrantes del grupo PCC, procesados

De la causa del atentado en Ja’umina Fest se abrió otra investigación en paralelo, relacionada a los acompañantes de Marcos Ignacio Rojas Mora y al supuesto instigador del ataque –Alcides de Jesús Villasboa Peralta, alias Ropero– y está a cargo del fiscal Lorenzo Lezcano.

Este fiscal, del área de Crimen Organizado, imputó por violación a la Ley de Armas y asociación criminal por la Ley N° 1340 y Código Penal, a Alcides Villasboa, Milciades Pedro Gómez, alias Oso Riquillo, Victorino Gómez Paredes, alias Vitó, y Elio Baldovino Ovelar, alias Titán (supuesto jefe del cuadro de disciplina de la Sintonía Paraguay del PCC).

Los declarados rebeldes son Anastacio Marecos Quiroga, Wilson Villasboa Peralta, Osvaldo Gómez Paredes y el político colorado Jeis Leonardo Urquhart de Lacerda, quien figura como asociado al gimnasio “Team Force” que fue allanado en el marco del operativo A Ultranza. Hay pedido de captura contra Pablo Daniel Vera Mariño.

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