Si transcurridos seis meses el uniformado no muestra una rehabilitación, queda fuera de las filas policiales. Esto lo dispusieron luego de una investigación interna que les permitió encontrar a elementos de la Policía de grados muy inferiores, que apenas inician la carrera, teniendo problemas de consumo de drogas.
Esta detección les permitió realizar la primera depuración dentro de la Policía, con un equipo que se abocó a la tarea.
El estado de inactividad, explicó el comisario Carlos Benítez, jefe de Prevención y Seguridad, es cuando los uniformados no pueden cumplir funciones, aunque tienen goce de sueldo, pero no de los demás beneficios.
Tribunal evalúa casos de adicción
Existe un Tribunal de Calificaciones de la Policía que se reúne en los meses de setiembre y octubre y es el encargado de decidir qué uniformados pasan a inactividad y cuáles siguen en funciones.
Carlos Benítez resaltó que un policía adicto, portando un arma y manejando una patrullera, es un gran peligro para la sociedad, para sus mismos colegas y para sí mismo.
Mencionó que en el Hospital de Policía Rigoberto Caballero hay médicos capacitados para tratar la enfermedad de la adicción.
El tiempo de seis meses de tratamiento se les da considerando que la adicción es calificada de una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.
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Familiares se encargan de pagos extras
Si además del tratamiento básico hay alguna medicación o asistencia específica que se debe pagar, de ello se encarga la familia del uniformado adicto.
La desintoxicación depende mucho de la complejidad de la adicción, reconoció el comisario, y en algunos casos, cuando ya hay arraigo a la droga, el tratamiento se debe realizar en un instituto más especializado, a cargo de los familiares.
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Al cabo de los seis meses se recibe nuevamente al uniformado, que es examinado por una mesa. Esta dictamina en cada caso individual si el paciente superó el tratamiento. Si no tuvo apego a la recuperación, la Policía Nacional tendrá que sacarlo de sus filas.
Como se mencionó anteriormente, actualmente son 21 jóvenes policías adictos a estupefacientes los que están en proceso de tratamiento y en inactividad.
Otros desvinculados por distintos motivos
Por otro lado, hay 25 elementos de la Policía que fueron desvinculados por diferentes motivos, como extorsión, mal procedimiento, violencia y abandono de cargo. En este último caso, el abandono de servicio sí se debió al consumo de estupefacientes de parte del policía.
Los policías detectados con adicción a drogas están en tratamiento desde octubre. En marzo, la comisión examinadora dictaminará si están en condiciones de seguir en la institución policial o no tuvieron respuesta positiva al tratamiento.
Depuración continuará
El control y la depuración de adictos dentro de la Policía serán periódicos a partir de ahora y entre setiembre y octubre de cada año, fecha en que se reúne el Tribunal de Calificaciones, irán desafectando al personal policial que consuma drogas.
Los casos de adicción en la Policía se detectan por medio de una junta médica que determina los estudios toxicológicos a realizar a uniformados que mostraron alteraciones de comportamiento, que derivaron en sospechas de consumo por parte de sus superiores.
El director de Prevención y Seguridad dejó claro el firme compromiso de la cúpula policial en combatir y erradicar la problemática de las drogas.