Los supuestos asaltantes fueron identificados como Pablo Aldemil Ibarra Mendoza (22) y Michael Fabián Méndez (22), alias Pakeko, quien cuenta con antecedentes por hurto agravado en 2021 y 2022.
De acuerdo a los datos de la pesquisa, el primero de los nombrados era el conductor de la motocicleta tipo trail de color azul en que aquella noche llegaron a la bodega. Mientras que el segundo fue quien bajó del biciclo con un arma de fuego en mano, y efectuó varios disparos a quemarropa contra los presentes que se encontraban en la vereda del negocio.
El asalto se concretó a las 22:00 del sábado 1 de octubre pasado en la bodega “12 de Octubre”, localizada en el barrio Loma de Caacupé, que pertenece al comerciante Érico Concepción Echeverría Gill (39).
Uno de los clientes acusó una herida de refilón en el cuello, mientras que otro fue reducido de un culatazo por el maleante.
Los disparos dispersaron a todos los presentes y algunos corrieron a refugiarse en la bodega, momento en que los asaltantes ingresaron armados al local comercial y extrajeron de la caja registradora con G. 2.500.000 en efectivo. Durante el asalto, los malvivientes causaron destrozos en el interior del negocio y también destruyeron una computadora con su CPU, cuya marca se desconoce.
Una vez consumado el ilícito, los maleantes corrieron hacia donde dejaron la motocicleta, y una vez que lo abordaron se dieron a una precipitada fuga.
Circuito cerrado
El momento del asalto a tiros fue captado por las cámaras de circuito cerrado que están instaladas en el lugar, y las filmaciones fueron confiscadas como evidencias por los investigadores.
Agentes del Departamento de Investigaciones de la Policía de Cordillera, dirigidos por el comisario Jorge Vidallet Ríos abrieron una investigación para esclarecer el hecho. Y mediante averiguaciones lograron dar con la identidad de los presuntos autores del ilícito.
El Ministerio Público impartió una orden de detención contra los sospechosos, quienes hasta el momento se encuentran prófugos.
La forma como actuaron los delincuentes, en especial el que disparó contra los clientes de la bodega, hace suponer que se encontraban bajo efectos de narcóticos.