Imputan a policías por sustracción de 2.500 municiones de la Comandancia y su venta en PJC

Dos suboficiales de la Policía fueron imputados por varios delitos, pues habrían sustraído 2.500 municiones de la Armería de la Comandancia y, luego, parte de ese lote supuestamente lo comercializaron en la ciudad de Pedro Juan Caballero, según la teoría del Ministerio Público.

Las 2.500 municiones calibre 9 mm fueron sustraídas de la Armería de la Comandancia de la Policía Nacional.Archivo, ABC Color
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La fiscala Natalia Cacavelos presentó imputación contra los suboficiales Luis Alberto Zelada y Cristhian Daniel Ramos Agüero por el hecho punible de hurto agravado del Código Penal, así como por detentación y tráfico ilícito previstos en la Ley N° 4.036 De armas y municiones, al comprobarse la sustracción de 2.500 municiones calibre 9 mm de la Armería de la Comandancia de la Policía.

En su escrito de imputación, la agente del Ministerio Público también solicitó la aplicación de la medida cautelar de prisión preventiva contra los policías. El documento fiscal recayó en el juzgado del juez penal de garantías Julián López, quien deberá fijar fecha para la audiencia de imposición de medidas a ambos.

A los dos suboficiales se les atribuye la sustracción de un total de 2.500 municiones calibre 9 milímetros de la Armería de la Comandancia de la Policía Nacional y la posterior venta de una parte de ellas en Pedro Juan Caballero a personas que estarían vinculadas al crimen organizado.

Suboficiales habrían planificado sustracción

De acuerdo con los datos señalados por la fiscala en su teoría, el suboficial inspector Cristhian Daniel Ramón Agüero estaba asignado a cumplir funciones en la Armería de la Agrupación de Seguridad de la Comandancia de la Policía.

Precisamente Ramos Agüero, sacando provecho de su acceso a la armería, el pasado 17 de setiembre entre las 7:00 y las 10:00, habría sustraído un lote de 2.500 municiones calibre 9 milímetros, propiedad de la Policía Nacional, correspondiente al Programa N° 10 de Tesorería de Operaciones contra grupos criminales.

El suboficial Ramos Agüero habría hecho incluso varios viajes desde la Armería hasta su vehículo particular para transportar y guardar las municiones.

Alrededor de las 12:00 de ese mismo día, el suboficial mayor Luis Alberto Zelada, quien también cumple funciones en la Agrupación de Seguridad, pese a encontrarse con reposo médico, había llegado hasta la Comandancia y requerido la entrega de los proyectiles a Ramos Agüero.

Tenía reposo, pero se fue a la Comandancia para retirar las municiones

Zelada le había prometido el pago de la suma de G. 8.000.000 por las 2.500 municiones. Es así que, tras contar con las mismas, el suboficial mayor pagó un adelanto de G. 1.000.000 a su camarada, quedando pendientes G. 7.000.000. Posteriormente, se retiró del lugar.

En el contexto de negociaciones, tanto Ramos como Zelada habrían mantenido conversaciones previamente para coordinar la sustracción de los proyectiles y el pago en dinero.

El faltante en la Armería fue advertido recién el 21 de setiembre, tras una verificación efectuada por disposición de la jefatura de la Agrupación de Seguridad y el encargado del inventario de las armas, los equipos y las municiones.

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