El reloj digital de la cámara de seguridad marcaba 13:24 cuando el solitario sicario abría fuego contra el radialista y administrador de una página en Facebook en Pedro Juan Caballero, Humberto Andrés Coronel Godoy, quien cayó muerto sobre la vereda de la radio Amambay, de donde acababa de salir tras terminar su programa y se disponía a abordar su automóvil.
Tras concretar el ataque, el sicario pasó frente a dos uniformados que custodiaban la estación de radio, continuó circulando por la calle 14 de Mayo, pasó a un costado de la Gobernación y delante de la Dirección de Policía para escapar de la escena del crimen.
El atentado fue tomado como una clara señal de la mafia para los comunicadores del Amambay, de que ninguno de ellos estarán a salvo, y que nadie les podrá brindar la más mínima seguridad si es que se atreven a enfrentarla.
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Después de este atentado ya ningún periodista de la región podrá trabajar ni expresar sus ideas libremente y hasta tendrá que evaluar una y otra vez la información que ha de emitir para evitar generar el enojo de algún capo mafioso afincado en la región.
Amenaza previa a dos periodistas
El 10 de junio pasado, tanto Humberto Coronel como su amigo y compañero de trabajo Gustavo Báez fueron amenazados de muerte a través de un mensaje en portugués que dejaron en el portón de este último; pese a que ambos trabajadores de prensa efectuaron la denuncia, solo Báez fue beneficiado con resguardo policial casi dos meses después de aquel incidente. Sin embargo, Humberto Coronel, aparentemente, no gestionó la cobertura de seguridad y las autoridades policiales de la ciudad jamás se preocuparon en brindarle protección, señalaron.
Por otra parte, algunos agentes policiales denunciaron desde el anonimato que reconocidos capos mafiosos se mueven libremente en lujosos vehículos y con guardaespaldas armados con fusiles de asalto por el centro de la ciudad de Pedro Juan Caballero
Sospechan que uno de ellos es el supuesto sicario Marcio Ariel Sánchez Giménez (34), alias Aguacate.
Este último es considerado como un “contratista de la muerte”, ya que según laos investigadores , planificó y mandó ejecutar casi todos los crímenes registrados en el departamento de Amambay en los últimos meses, incluyendo la muerte de la hija del exgobernador Ronald Enrique Acevedo Quevedo, Haylee Carolina Acevedo Yunis, y de otros tres jóvenes en un ataque con fusil registrado el 9 de octubre del año pasado, por el que tiene orden de captura.
Igualmente, Aguacate fue investigado por el atentado que le costó la vida al intendente liberal José Carlos Acevedo Quevedo (51), ocurrido el 17 de mayo pasado frente a la Municipalidad de Pedro Juan Caballero.
Megaoperativo, sin detenidos de peso
Tras esto, la Policía y el Ministerio Público efectuaron un megaoperativo para atrapar al presunto jefe de sicarios. En la mañana del 15 de junio último, 100 uniformados y 15 agentes fiscales efectuaron alrededor de 18 allanamientos en Pedro Juan Caballero para atrapar a Aguacate, pero a la única persona que apresaron fue a su pareja Gudelia Vargas Armoa (30), y a algunos secretarios.
Luego de estas intervenciones, voceros de la Policía informaron que se incautaron propiedades, vehículos y animales por valor de US$ 3.000.000 pertenecientes a Aguacate, cuya captura, decían en aquel entonces era cuestión de días.
Sin embargo, a casi tres meses de aquellos procedimientos, el presunto jefe de sicarios sigue operando impunemente en la región, aparentemente con respaldo de otros jefes como Ederson Salinas Benítez (32), alias Ryguasu, un tal Motinha y el clan de los Gómez. Este último sería el responsable de brindar la logística a la estructura criminal que actualmente impera en el Amambay, señalaron las fuentes.