Sigue internado el piloto boliviano herido en incautación de cocaína

El fiscal de la Unidad Especializada en la Lucha Contra el Narcotráfico, Isaac Clemente Ferreira Villamayor, pidió prórroga hoy y presentaría recién mañana la imputación contra los tres paraguayos y dos bolivianos capturados ayer en Misiones, cuando recibieron una carga de 440 kilos de cocaína.

Héctor Lorenzo González, Vicente Alcides Sanabria Figueredo, Adolfo Osmar Sanabria Figueredo, Miguel Ángel Garrido Salvatierra y José Abel Robalino Jacome, capturados por la Policía en Misiones.
audima

Los paraguayos detenidos son Héctor Lorenzo González, de 32 años, quien sería el cabecilla del esquema, y sus secretarios Vicente Alcides Sanabria Figueredo, de 49 años, y Adolfo Osmar Sanabria Figueredo, de 37 años, estos últimos a su vez hermanos.

En tanto que los bolivianos arrestados son Miguel Ángel Garrido Salvatierra, de 30 años, y José Abel Robalino Jacome, de 29 años, ambos pilotos que trajeron la droga.

El fiscal Ferreira pidió este martes prórroga para imputar teniendo en cuenta que el piloto boliviano Robalino Jacome aún se halla internado en el Hospital de Trauma de Asunción a causa de la herida que sufrió en el operativo del lunes a la mañana. No obstante, mañana miércoles los cinco presuntos narcos serían procesados por tráfico internacional de drogas y asociación criminal.

La pista de la estancia Takuarembó de San Miguel, Misiones, donde ocurrió el operativo de incautación de cocaína.

El operativo

La incautación de los 440 kilos de cocaína se produjo en la pista de la estancia Takuarembó, específicamente en las coordenadas 26° 31′ 44.1″ S, 56° 54′ 53.8″ W.

El citado establecimiento se sitúa a dos kilómetros de la compañía Arazapé y a 14 kilómetros de la ciudad de San Ignacio, departamento de Misiones, que a su vez queda sobre la Ruta PY01, a 180 kilómetros de Asunción.

Policías de la Unidad de Investigación Sensible (SIU) coparon la pista justo cuando la droga era descargada de una avioneta Cessna con matrícula CP-2769 de Bolivia.

Mientras el cargamento era revisado por los intervinientes, apareció otra avioneta boliviana que también debía dejar cocaína en la misma estancia.

Pero ni bien tocó tierra, el piloto de esta segunda nave se percató del procedimiento y disparó desde la cabina contra los policías y funcionarios del Ministerio Público que se habían escondido cerca de la pista.

La ráfaga de disparos hecha desde la segunda avioneta, casualmente, impactaron contra la camioneta en la que estaba resguardado el piloto de la primera máquina, José Abel Robalino Jacome, quien sufrió una herida de refilón.

La segunda nave que apareció en San Ignacio, Misiones, finalmente, aterrizó y luego fue quemada intencionalmente en otra pista localizada a 235 kilómetros de distancia, específicamente en las coordenadas 24° 42′ 07.3″ S, 55° 42′ 59.6″ W, en el predio de un establecimiento conocido como silo FH, cerca de la colonia Araújo Kue, que según el mapa de Google ya corresponde al departamento de Canindeyú, aunque en el límite mismo con el departamento de Caaguazú.

La avioneta boliviana que huyó de Misiones aterrizó y luego fue quemada a 235 kilómetros de distancia, en el límite entre Canindeyú y Caaguazú.

Este grupo venía siendo investigado por la SIU de la Policía desde hace ocho meses. De hecho, el 1 de agosto pasado, el citado equipo policial ya requisó 461 kilos de cocaína de la misma estructura, luego de que la droga fuera dejada en una pista clandestina del municipio de Juan de Mena, departamento de Cordillera, en las coordenadas 24° 55′ 59.3″ S, 56° 46′ 34.5″ W.

Sin embargo, en aquel procedimiento no hubo detenidos porque la narcoavioneta logró despegar de nuevo y los estibadores corrieron hacia el monte.

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