“Soldado israelí”, el fantasioso e insaciable asesino y pirómano

Agustín Ramón Martínez Martínez tiene actualmente 60 años de edad. Está preso desde 2018 por secuestrar, fusilar, descuartizar, quemar y enterrar a un abogado, todo para robarle su camioneta. Con su reciente condena de 40 años, tendría que salir de prisión en el año 2058, cuando tenga 96 años. Su apodo más famoso es Soldado israelí, aunque también se hacía llamar Yahel Yamil Oskiski o Fresmann. Esta es su historia criminal.

Agustín Ramón Martínez Martínez, alias Soldado israelí, cuando fue condenado en Paraguarí.IVAN LEGUIZAMON
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El asesino serial Agustín Ramón Martínez Martínez nació en la ciudad de San Patricio, departamento de Misiones, el 28 de agosto de 1961, según su cédula.

Cuando tenía 30 años, supuestamente combatió en la Guerra del Golfo (1990-1991) como mercenario contratado por el Estado de Israel, según la fantasiosa versión que instaló entre los policías que lo persiguieron.

De hecho, desde entonces lo conocen con el alias de Soldado israelí, aunque el apodo nació más como burla que otra cosa.

Como siempre se expresó en un correcto castellano, pero con un acento medio extraño, el propio Martínez explicaba que es de origen extranjero y que su nombre nativo es Yahel Yamil Oskiski, otra mentira que siempre quiso imponer.

ABC Color del 24 de mayo de 2018, cuando fue descubierto el último crimen de Soldado israelí.

En 1993, mató, quemó y enterró a un capataz de estancia y dejó herida a su esposa, en la provincia de Santa Fe, Argentina.

Por este hecho fue condenado a ocho años, pero al año siguiente escapó de la cárcel y volvió a Paraguay.

Ni bien se reinstaló en nuestro país, en 1994, un repartidor de la empresa Argos fue asesinado a tiros y su camioneta quemada, con el cuerpo adentro, en la ciudad de Caapucú, departamento de Paraguarí.

Por el modus operandi, la Policía apuntó a Soldado israelí y se inició su cacería.

En 1995, fue ultimado, quemado y enterrado el cuerpo de un ganadero en el municipio de Quiindy, departamento de Paraguarí.

Nuestro protagonista, Soldado israelí, era en esa época el secretario y guardaespaldas del ganadero asesinado y coincidentemente la última persona que estuvo con él.

Su captura demoró tres años, ya que recién en 1998 fue localizado en la zona del Mercado 4 de Asunción.

Por el caso Quiindy, lo sentenciaron a solo seis años, aunque al cumplir la mitad de su pena, en 2001, fue extraditado a Argentina para cumplir los siete años que le faltaban por el crimen en Santa Fe, pero fundamentalmente para ser interrogado por el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelí Argentina (AMIA), registrado en Buenos Aires en 1994.

Resulta que cuando estaba en Tacumbú, Agustín Ramón Martínez Martínez propagó el rumor que él tenía información sobre el coche bomba que explotó frente al edificio de la AMIA y que mató a al menos 84 personas. Obviamente, fue solo otra de sus mentiras delirantes.

Volvió a Paraguay como hombre libre en el año 2009 e inmediatamente después un político y dos capataces fueron asesinados, descuartizados y quemados dentro de un horno para carbón en la zona de Ybycuí, departamento de Paraguarí.

Martínez Martínez era secretario y guardaespaldas del político y también el último que estuvo con las víctimas.

Fue recluido de nuevo en Tacumbú, pero como la Fiscalía nunca profundizó la investigación, Soldado israelí salió otra vez en 2015.

Al recuperar su libertad, formó su propia familia, pero llamativa e inesperadamente quedó viudo. Ni la pequeña hija a la que debía cuidar le hicieron olvidar sus viejos hábitos, matar y quemar gente.

El lugar donde fue enterrado el abogado Lucilo Nicolás Cardozo Salina, en Yaguarón.

Su último crimen

El martes 22 de mayo de 2018, Agustín Ramón Martínez Martínez bajo engaños sacó de su casa de Fernando de la Mora al abogado Lucilo Nicolás Cardozo Salina (54), a quien supuestamente le iba a dar un caso sobre abigeato en Encarnación, departamento de Itapúa.

Ambos viajaron en la camioneta del abogado, una Mitsubishi Tritón. Sin embargo, al alcanzar el distrito de Yaguarón, en el departamento de Paraguarí, Soldado israelí aparentemente neutralizó con un golpe al abogado, tomó el control del vehículo y se detuvo en un surtidor para comprar nafta.

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El psicópata condujo hasta la propiedad de su suegro, donde mató a Lucilo con un fusil recortado calibre 7.62, luego desmembró el cuerpo, lo arrojó a un pozo y le prendió fuego.

Tranquilamente, Soldado israelí se paseó durante todo ese día con la camioneta del abogado, hasta que a la noche regresó con el vehículo a su casa, donde le esperaba su pequeña hija, en el barrio San Pablo de Asunción.

La esposa del abogado, como este no contestaba el celular, revisó el rastreo satelital de la camioneta, hizo la denuncia y la Policía atrapó a Martínez en su casa, justamente con la Mitusbishi Tritón de su víctima.

En el juicio que terminó el miércoles último en Paraguarí, Soldado israelí fue condenado a un total de 40 años de cárcel, 30 años de pena ordinaria y 10 años como medidas de seguridad.

Como siempre fantasioso, sostuvo que un grupo narco fue el que mató al abogado.

La familia de Lucilo cree que Soldado israelí lo asesinó para quedarse con su camioneta, que de hecho ya la andaba ofreciendo días antes del crimen.

Varios fiscales intervinieron en esta causa. La fiscala Sonia Pereira fue la que le acusó y pidió juicio oral. Su colega Alfredo Ramos Manzur consiguió la máxima pena para Martínez Martínez.

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