Con ejercicios mentales, averiguá tu coeficiente de inteligencia

Quizás alguna vez preguntaste “¿qué tan inteligente soy?”. Realizando pruebas que miden el intelecto se pueden conocer las facultades cognitivas. También, con la práctica de sencillos ejercicios mentales, evitamos que el cerebro se llene de telarañas.

Quizás alguna vez preguntaste “¿qué tan inteligente soy?”. Realizando pruebas que miden el intelecto se pueden conocer las facultades cognitivas.Gentileza (Maili Aranda)
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No existe un solo concepto que defina a la inteligencia, ya que esta capacidad humana se divide en varias ramas. No obstante, muchos científicos definen al intelecto como una facultad que poseen las personas para razonar y resolver problemas.

Cada individuo tiene un intelecto diferente; una persona puede ser más inteligente que otra y desempeñarse de manera distinta ante una situación que se presente. Por esto, existen pruebas que diagnostican, en valor numérico, la capacidad para razonar.

TEST MIDE NUESTRA INTELIGENCIA

Existen varias pruebas que determinan el valor numérico de la inteligencia humana. Por ejemplo, el examen de Stanford–Binet se aplica a los niños, con el fin de conocer las capacidades cognitivas que estos poseen y determinar si algunos chicos sufren alguna deficiencia en el desarrollo intelectual.

Para saber cuánta habilidad mental posees, no hace falta resolver ecuaciones o problemas complejos de matemáticas; con simples ejercicios se puede desafiar a la mente.

Por su parte, el examen Wechsler mide el coeficiente intelectual (IQ) de personas entre 16 y 64 años de edad. Esta prueba consta de dos partes: ejercicios verbales y actividades escritas.

Si un individuo consigue una calificación de 130 puntos o más en el test Wechsler, es una persona superdotada, según la escala de este examen. Asimismo, si el que realiza la prueba obtiene una nota de 120 a 129, se lo considera con una inteligencia muy superior a la normal.

El nivel de inteligencia promedio ronda entre los 90 y 109 puntos. Si el examen arroja una calificación de 70, el participante de la prueba será considerado como retrasado.

De igual forma, el test de Raven forma parte de las herramientas utilizadas por psicólogos para medir el IQ de adultos como también de adolescentes. La escala de puntos de este examen resulta diferente a las de otras pruebas; 100 puntos constituye el número más alto que alguien puede obtener y 5 la menor calificación que una persona ha alcanzado.

“El examen de Wechsler resulta el más común y recomendado, para saber qué tan inteligente es una persona”, afirma la licenciada Franca La Carrubba, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Psicólogos.

“A diferencia del test de Raven, el cual mide de manera general las facultades cognitivas de una persona, el examen de Wechsler arroja resultados más específicos, porque se realizan varias pruebas en las que se analizan distintas habilidades de la mente”, resalta la especialista.

LAS PERSONAS CON EL IQ MÁS ELEVADO

En el mundo, las personas se destacan por diferentes motivos; algunos individuos poseen destrezas físicas que los convierten en grandes atletas y otros sobresalen por sus increíbles habilidades con los números. William James Sidis fue un matemático estadounidense con el coeficiente intelectual más alto que se ha registrado en la historia.

A los cinco años, Willian hablaba perfectamente cuatro idiomas: inglés, latín, hebreo y griego. Este superdotado, tenía un coeficiente intelectual de 300 puntos. La inteligencia de este matemático fue su don, pero también su maldición; James era excelente en las áreas que involucraban números, pero no era nada bueno al relacionarse con los demás.

Otra persona prodigiosa es el australiano, Tarence Tao; este genio, a los ocho años, realizó la prueba SAT que se aplica a estudiantes que desean obtener una beca en las facultades de Estados Unidos. 760 puntos, de 800 posibles, fue la calificación que obtuvo cuando era tan solo un niño. Además, este matemático posee un IQ de 230 y es considerado la persona viva más inteligente del planeta.

Por otro lado, el cosmólogo Christopher Hirata tiene un coeficiente intelectual de 225 puntos. A los 13 años, Hirata no solo contaba con habilidades en matemáticas y física que sorprendían a cualquier científico, sino que también se convirtió en la persona más joven en ganar una olimpiada internacional de física. Ahora, este hombre se encuentra trabajando en el proyecto de colonización del planeta Marte, en la NASA.

De igual forma, no podemos olvidar a las celebridades de la ciencia. Stephen Hawking fue un astrofísico que se destacó por sus investigaciones que hacen referencia a los agujeros negros en el espacio; este físico tenía un coeficiente intelectual de 160 puntos.

Asimismo, sería un pecado no mencionar a Albert Einstein, quizás el físico más popular de la historia. Según la revista “People”, este científico poseía un IQ de 160, al igual que Hawking; si bien estos dos genios no están en el top 3 de personas con el coeficiente intelectual más alto, sus aportes a la ciencia los posicionan entre las mentes más brillante del planeta.

La psicóloga Franca La Carruba comenta que la persona con el coeficiente intelectual más elevado que pasó por su consultorio fue un adolescente con un IQ de 135 puntos. Según la especialista, no resulta común encontrar este tipo de inteligencia.

IMPORTANCIA DE REALIZAR EL TEST DE INTELIGENCIA

La presidenta de la Sociedad Paraguaya de Psicólogos explica que, los resultados de los test de inteligencia pueden ser el primer paso para determinar algún problema de desarrollo cognitivo en los niños. Además, aconseja a las personas realizarse las pruebas de inteligencia cada seis meses, para seguir el proceso de desarrollo de la mente.

La psicóloga Franca La Carruba comenta que la persona con el coeficiente intelectual más elevado que pasó por su consultorio fue un adolescente con un IQ de 135 puntos.

“Cuando un niño, desde temprana edad, tiene problemas para concentrarse o le cuesta aprender en la escuela, se aconseja que los padres lleven al chico a un psicólogo, con el fin de realizarle pruebas y determinar si la criatura padece problemas cognitivos”, afirma Carrubba.

PONÉ A PRUEBA TU HABILIDAD MENTAL

Para saber cuánta habilidad mental posees, no hace falta resolver ecuaciones o problemas complejos de matemáticas; con simples ejercicios se puede desafiar a la mente. Por ejemplo, ¿si manzana comienza con m, termina con qué? Si tu respuesta fue la letra “a” estás equivocado, pues la palabra “termina” empieza con la letra “t”.

Una pregunta histórica: ¿cuántos animales de cada especie llevó Moisés en su arca? Si la respuesta a la pregunta anterior fue dos animales de cada especie, estás equivocado, ya que Moisés nunca construyó un arca.

Por último, analicemos un problema matemático: si un tren eléctrico viaja a 130 km por hora con destino al norte y el viento sopla a la misma velocidad en dirección al sur, ¿hacia qué sentido va el humo del tren?; la respuesta a está pregunta es muy sencilla, no hay humo porque el tren se mueve con electricidad.

Si no pudiste responder las consignas, no te preocupes, ya que este tipo de ejercicios juega con la mente de las personas, haciéndolas sentir tontas. No obstante, siempre es bueno ejercitar la mente, ya sea leyendo libros o realizando ejercicios sencillos, pero que hacen “humear” la cabeza.

Si no querés que tu cerebro acumule polvo y telarañas, ejercitalo constantemente y realizate una de las pruebas de inteligencia para saber qué tan aceitada está tu mente. En el caso de que el test arroje un resultado bajo, no te desesperes, pues nutriendo tu universo mental podés mejorar tu IQ.

Por Alejandro Gauna (18 años)

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