El colegio termina para muchos este año, el compañerismo llega a su éxtasis más emotivo en las despedidas al son de “Un amigo es una luz” y los abrazos son más dulces en la entrega de títulos. Sin embargo, llega el momento de la gran incógnita porque, en conjunto con el meme que dice “¿y ahora qué?”, existe una ecuación que permanecía oculta pero que, actualmente, tiene los días contados para ser resuelta: hallar la carrera universitaria ideal u optar por una salida laboral.
Tomar una decisión acerca de la carrera profesional puede ser un factor de discusión familiar cuando, de parte de los padres, se escuchan famosas frases como "vos tenés que seguir medicina o ingeniería, algo que te de plata". Si bien, la buena remuneración es algo indispensable en el trabajo, no lo es todo cuando se tiene en cuenta el factor de la vocación; esta clase de disputas no se debería dar a estas alturas, cuando todos tenemos dentro de la conciencia al menos una mínima moral que nos sugiere dedicarnos a lo que realmente amamos.
Algunos compañeros te sorprenderán con una decisión clara, objetiva y bien determinada de qué carrera quieren seguir y hasta cómo se desarrollarán en su futuro empleo pero, si tu elección todavía no está tomada y tenés más de una opción sobre la mesa, un test vocacional será gran ayuda. En sus páginas web, universidades del país como la Iberoamericana, Católica, de San Lorenzo y la Americana ofrecen estas clases de pruebas que te ayudarán a considerar, teniendo en cuenta tus intereses y habilidades, cuáles son los aspectos que proyectan tu futuro profesional.
Un conocimiento previo de todas las opciones disponibles para los estudios universitarios es necesario, si no nos queremos quedar con solo una o dos cartas en un juego que define nuestra vida. En ese sentido, también debemos tener en cuenta qué posibilidades existen de conseguir empleo y necesitamos conocer cómo es el día a día del que ejerce su vocación, con respecto a cada profesión en nuestra baraja.
Un marco amplio de consideraciones y alertas se debe tener en cuenta al momento de definir qué estudiarás en los siguientes 4 o más años de facultad. Por ejemplo, al hablar de carreras artísticas se suele mencionar la posibilidad de "ser un muerto de hambre", como si esta premisa partiera del perfil oficial del egresado y, además, el vivir por amor al arte muchas veces no promete una digna jubilación, ni seguro médico.
Al final, muchos dudan entre hacer lo que aman o lo que, probablemente, trae más seguridad económica y, por ende, en un mundo nada gentil con los sueños y las vocaciones, vemos a funcionarios públicos amargados, a causa del sueño extinto de ser ingenieros, y docentes reprimidos que tienen el talento para ser grandes estrellas artísticas. No obstante vos, que acabaste el cole y no sabés qué decisión tomar, ¿te arriesgarías por la carrera que dicta tu corazón?
Por Eliseo Báez (17 años)