“Las grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de las mentes mediocres", en palabras de nada y más y nada menos que Albert Einstein. A veces, nos damos cuenta de que podemos hacer más, pero esa tan instalada palabra de “ovaléma” se interpone entre lo notable y lo mediocre.
Nuestra sociedad se ve infestada con personas que no apuntan a la excelencia, caminado sin rumbo por el tedioso sendero que presenta la vida. Es imposible avanzar sin trazar el objetivo de sobresalir; quedándonos con lo justo y necesario, nunca lograremos construir ese país que anhelamos.
Los mediocres quedan varados en la mitad del camino y, como en una carrera, parar es sinónimo de retroceder. Nunca puede ser una buena noticia que abunden los conformistas, pero es posible que constituya una motivación para luchar hasta destacarse por encima de ellos.
En estos tiempos, sigue siendo una ventaja el brillar con luz propia en medio del conformismo. Igualmente, al mismo tiempo se debe luchar por el progreso de todos los que quedaron estancados, ya que el bien de la sociedad no se logra compitiendo, sino construyendo un equipo de jóvenes que vayan en contra de la mediocridad.
Cuántas injusticias vivimos cada día, en cuántas ocasiones fuimos perjudicados para que otros se beneficien, de cuántos daños a la sociedad hemos sido testigos. No hay nada peor que la impotencia de saber que hay algo más que se pudo hacer.
Estamos a tiempo de luchar por sacar a flote esta sociedad que ya se siente ahogada en crisis. ¿Acaso no estamos cansados de no destacar en el ámbito internacional por meritorias conquistas?
A veces nos conformamos con ser uno más, en muchas ocasiones nos alegra que haya personas peor ubicadas que nosotros, siendo que lo más importante es enfocarse en figurar por encima del promedio. No se busca llegar a los más alto por cuestión de ego, sino porque los más exitosos son los que más se esforzaron en el camino hasta la cima.
Recordá siempre que la juventud no dura toda la vida, es un lapso limitado que antes de que te des cuenta, se esfuma. Aprovechá que estás a tiempo para decirle no al conformismo y la mediocridad, nunca dejes de apuntar a dejar atrás al promedio, solo así tendrá sentido el esfuerzo.
Por Diego Benítez (19 años)