Las pruebas parciales se acercan peligrosamente y tu cerebro ya pronostica una lluvia de malas notas; asimismo, las dudas te obligan a repetir que nunca obtendrás ese anhelado puesto laboral. Por otro lado, la alegría de pasar de curso o alcanzar un ascenso en tu trabajo se esfuman, pues la preocupación de qué vendrá después se avecina; en cualquier segundo, el azar puede inclinar la balanza hacia un conjunto de desgracias. Para cada situación de nuestra vida, ¿siempre esperamos lo peor?
“Nuestros pensamientos le dan valor a las situaciones que vivimos; muchas veces, las expectativas negativas surgen porque nos sentimos ansiosos e, incluso, vulnerables. La tendencia a esperar lo peor de las cosas se transforma en un mecanismo para protegernos de posibles eventos”, explica la psicóloga Guadalupe González. Para la licenciada, en esta situación, influyen el seno familiar, la cultura y las malas experiencias.
En la investigación “Pronósticos afectivos: saber qué desear“, elaborada por la Universidad de Harvard y publicada por The New York Times, se reveló que somos notablemente negativos para predecir cómo nos sentiremos ante una situación específica; por ende, las cosas no siempre se adhieren al plan que elaboramos en el momento de temor. Según este análisis, no hay manera de que podamos anticiparnos a todas las situaciones; de ahí que, enfocarnos en todo lo que podría salir mal se convierte en una pérdida de tiempo.
Varios especialistas se han abocado a elaborar estrategias que nos ayuden a despojarnos de nuestras expectativas negativas. Por ejemplo, la psicóloga Guadalupe González recomienda que un buen círculo social, una retroalimentación de acciones positivas y realizar una lista de fortalezas marcarán la diferencia. Además, la licenciada menciona que nuestro diálogo interno es un factor elemental, pues debemos eliminar frases como “soy un desastre” y sustituirlas por “no soy muy bueno en esto, pero me destaco en aquello”.
Por otro lado, también existen técnicas cómicas que nos servirán para eliminar nuestras inseguridades. Para el psicólogo estadounidense Steven Hayes, podemos convertir frases negativas como “No sos tan bueno” en una canción alegre y repetirla hasta que pierda su significado. ¿Imaginás que la hermosa melodía de Recuerdos de Ypacarai se convierta en el arma que elimine las expresiones desalentadoras?
Así pues, dejar todo en manos de la suerte no será tu mayor aliado; no adjudiques tus victorias o desaciertos a factores externos. Tu fortaleza es la única herramienta que te servirá de apoyo para alcanzar tus objetivos, restándole poder a las expectativas negativas. ¡Enfocate en tus pequeños logros!
Rebeca Vázquez (18 años)