Días atrás, estudiantes se manifestaron en la Universidad Católica y la Catedral Metropolitana. Proyectando mensajes en las edificaciones y realizando reclamos a viva voz, repudiaron el actuar de un docente para con una alumna, hecho sucedido hace un par de años.
El profesor y miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y del Consejo de la Magistratura, Cristian Kriskovich, fue denunciado con pruebas muy claras por acoso en el año 2015, pero el juez de la causa rechazó la demanda argumentando que fue un simple “galanteo”.
Corrían los primeros meses del año 2014, un nuevo semestre estaba en curso en la Universidad Católica, todo parecía correr con normalidad hasta que, entre marzo y abril, una gran cantidad de estudiantes realizó una compra de notas en la Facultad de Derecho. María Belén Whittingslow, supuestamente, estaba entre los 41 jóvenes que cometieron este acto ilícito, según una lista que circuló públicamente; por ese motivo, fue expulsada de la casa de estudios.
Todo parecía acabar ahí, pero una pesadilla estaba a punto de empezar para la joven. Ella se pone en contacto con el Dr. Cristian Kriskovich y entre mensajes, propuestas e imágenes, todo se volvió muy turbio rápidamente.
El profesor insistía que la joven le mandé fotos en paños menores y quería encontrarse con ella en privado. La situación llegó al punto en el que la estudiante ya no soportó el acoso y, a pesar del miedo que tenía, realizó una demanda presentando capturas de pantalla del chat como prueba.
Luego de idas y vueltas en la corte, finalmente, el juez desestimó la causa y la calificó de cortejo y galanteo. Al enterarse de esto, muchas personas manifestaron su descontento, reclamando que el docente no recibió castigo alguno debido a su estatus.
Kriskovich alega que todo el tema de la persecusión hacia su persona, por parte de la exalumna, es porque quiere librarse de la culpa por la compra de notas y mediatizar. Por su parte, María Belén sostiene que el docente es un acosador y que ella nunca quiso tener nada con él.
La joven se encuentra refugiada en Uruguay, prófuga de la justicia paraguaya por sus supuestos actos ilícitos en la compra de notas en la Universidad Católica.
Whittingslow afirma que su orden de captura es nula y que ella no compró ninguna nota, argumenta que es acusada judicialmente como represalia por meterse con Kriskovich y su reputación.
Por Diego Benítez (19 años)