Hoy día, podemos ver la falta de salud y educación. Estos dos son derechos de las personas que no se pueden discutir. Son inherentes a la condición humana.
En los hospitales faltan camas e insumos. Esto demuestra la falta de interés del gobierno por atender algo tan básico como es la salud de la población. Los parlamentarios se aumentan sus jugosos sueldos y en los hospitales no hay nada. Ni hablemos de la educación que es paupérrima solo comparable a Haití.
Por falta de educación tenemos violencia en las calles y porque carecemos de educación votamos siempre a nuestros verdugos. A estos impresentables que cada vez se hacen más ricos mientras el pueblo cada vez está más pobre, no tiene trabajo, viaja a España y otros países buscando mejores horizontes.
Pierden sus raíces y tienen que aceptar vivir en otras costumbres y culturas. Seguridad cero. Transporte público cero. Vida digna cero. Nada podemos esperar de estos ineficientes y corruptos que se adueñan de todo lo que encuentran a su paso.
De manera que no se respetan los derechos humanos. Nos sacan la dignidad y la decencia sometiéndonos como esclavos. Ah, tampoco se respetan los derechos de los trabajadores. Los capitalistas explotadores no pagan lo que tienen que pagar. Salarios justos, aguinaldos, bonificaciones, vacaciones, seguro médico y horas extras. Un empleado puede ir a la cárcel, pero yo nunca vi que un patrón que incumple vaya a prisión.
Tal vez tenemos derecho a la libertad de expresión que está consagrada por la Constitución Nacional. La libertad de pensar y manifestarnos. Esta libertad es la que podemos usar para expresar el descontento y salir a las calles para reclamar lo que está mal y lo que debe corregirse.
Ahora a fin de año todo es paz y alegría. La gente que puede va a comer y a emborracharse a más no poder. Ese no es el espíritu navideño que debe celebrar el nacimiento del Niño Dios. Un momento para reflexionar profundamente sobre el país y nuestra vida personal. Será que nos estamos comportando de la manera que Jesús desea. Jesús fue el gran revolucionario. El que trajo la buena noticia de la salvación eterna. Nosotros como ciudadanos tenemos el gran compromiso de que se cumplan las leyes. Que no exista corrupción ni injusticia social. Como es que Caacupé reúne tres millones de personas y un líder político no puede reunir 1 millón para llenar las calles. No vamos a conseguir nada plagueándonos por las redes sociales al santo botón.
Tenemos el gran compromiso de actuar antes de que nos liquiden todo estos cartistas que llenan de clanes familiares los estamentos públicos. Dan licitaciones a los amigos y devoran sin piedad las arcas del Estado. Ni en la peor época de Stroessner se han visto tantos desmanes. Agarran el Estado como una estancia particular y hacen la festichola con los amigos. Desastre este Gobierno. Fin de año es para pensar. Es para analizar y comenzar a actuar. Es un derecho fundamental la participación. Es un derecho humano.