Transparencia y la doble moral

La cuestión de la transparencia está en la agenda del día, pero no cuando se trata de Itaipú. Por un lado, el Congreso avanza campante en la lucha por supuestamente transparentar el uso de fondos por parte de organizaciones privadas sin fines de lucro (ya transparentados y que rinden cuentas), por medio de la Comisión Bicameral de Investigación, conocida como la “Comisión Garrote”.

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Más allá de los serios problemas ampliamente cuestionados a esta iniciativa, llama la atención que, al mismo tiempo, se cajoneó otro proyecto de ley que buscaba establecer un mecanismo uso transparente de los fondos sociales de Itaipú, oriundos de la nueva tarifa establecida para el periodo 2024-2026.

Falta de transparencia: marca registrada

La falta de transparencia y el secretismo ha sido y sigue siendo la marca registrada del proceso de revisión del Anexo C.

En más de una ocasión el gobierno actual y anterior hizo alardes sobre el inicio de las negociaciones, pero hasta la fecha, no se conoce la hoja ruta ni los planes nacionales de Paraguay para el aprovechamiento tanto de la energía generada en Itaipú, como de los recursos provenientes de su comercialización, en un proyecto integral de desarrollo social y económico del país.

¿Qué esconde esta doble moral?

Esta doble moral es en realidad reflejo de cómo las autoridades de turno actúan según intereses particulares y corporativos, asumiendo posturas según beneficien dichos intereses y no el interés nacional.

En el caso de la comisión garrote, el discurso de la transparencia se coloca a favor de la intención de controlar a cierto grupo de organizaciones que, por lo general, adoptan posturas críticas contra el Gobierno y que, vale resaltar, ya rinden cuentas transparentes al Estado.

En el caso de los temas que conciernen a Itaipú, históricamente, el secretismo ha servido para concretar acuerdos bajo la mesa que beneficiaron a ciertos grupos, amigos del poder. En este ámbito, la consigna de la transparencia no actúa en favor.

¿Qué podemos hacer?

Es deber y derecho de la ciudadanía exigir mayor transparencia del gobierno. El propósito es evitar que se celebren acuerdos secretos que solo beneficien a una cierta minoría de amigos del poder político, como ha sucedido en el pasado.

Mantenerse atentos y atentas a las movidas del gobierno y, en especial, a las señales de contradicción entre lo que se dice y lo que se hace.

La ciudadanía es la única con autoridad moral para frenar el secretismo y los intentos de entrega en Itaipú.

* Magister en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Río de Janeiro. Licenciada en Administración por la Universidad Federal de Rio de Janeiro. Investigadora y Especialista en Gestión e Implementación de Proyectos de Desarrollo, miembro de la Campaña Itaipú Ñane Mba’e.

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