El puro show no contribuye para ejercer oposición

La ausencia de una oposición cohesionada es un drama en nuestra política. En el Congreso existen unos pocos opositores, mujeres y hombres, que resisten a dentelladas al cartismo, convertido en una horda de estrafalarios personajes que responden en exclusividad a los caprichos y odios del Quincho. Por ahora, esas individualidades opositoras no se proyectan en conjunto como alternativa de gobierno.

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El mayor partido opositor, el PLRA, está en vías de extinción gracias al trabajo de demolición interna de sus mediocres dirigentes. Si no fuera por algunos estoicos liberales de antaño, que se mantienen leales y que no sucumbieron a la tentación de transfuguear, el partido ya hubiera desaparecido.

El Quincho metió mano en filas liberales. Primero a través de Blas Llano, cartista más que liberal; luego utilizando al ario Dionisio para dominar a control remoto al directorio. Dionisio es sumiso al Quincho, quizá debido a que allí se conoce la forma en que se hizo asombrosamente rico tras su paso por la Dirección de Administración y Finanzas de la UNA, cuyo rector, Froilán Peralta terminó condenado por lesión de confianza. ¿Y quien manejaba el dinero? En el Quincho no hay leales, sino sometidos. El sometimiento se da por plata o por el ocultamiento de antiguas o actuales fechorías y la protección judicial correspondiente a través de una Justicia también alineada.

De los demás partidos pequeños ni hablemos. Y mucho menos de esa bribonada que fue Cruzada Nacional, la agrupación de Payo Cubas, un impactante fenómeno electoral pero que desapareció raudamente luego, absorbido por la billetera del Quincho. Hoy se lo recuerda tan solo por los esperpentos que nos dejó en el Congreso Nacional, con dos excepciones.

Ante este panorama, el Quincho reina solo en el poder: tiene al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial en su billetera. Y está bien que así sea, pues con su “mayoría absoluta”, Honor Colorado, o el semicoloradismo reinante —según un viejo seccionalero más pillo que Perurimá— es el único significativamente responsable del estropicio que es hoy nuestro país en aspectos sustantivos.

Si quiere conocer el Paraguay de este gobierno, dese una vueltita por el Hospital Nacional de Itauguá. O por cualquier hospital público. Y no digan que es herencia del gobierno anterior, (también colorado). El Quincho lleva un año mandando sin oposición y los problemas de salud se ahondan. Demostración de significativa inutilidad.

¿La oposición? La mayoría se ha vendido. Quedan unos pocos que no alcanzan para plantar esperanzas. Algunos se han dedicado más al show, tratando de atraer cámaras, como Salyn Buzarquis, quien en su afán exhibicionista se topó con un archivo que lo condena a la inexorable pérdida de investidura. Se lo ganó por bobo.

Habría que ver si en el PLRA quedan dirigentes dignos, y si su pueblo recobra la integridad extirpando definitivamente a los mercaderes y dionisíacos. Y si la juventud entra a la cancha a torcer el resultado.

Si no, el país seguirá siendo cocinado en el Quincho.

nerifarina@gmail.com

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