La conectividad pasó a ser indispensable, al menos en naciones que se trazan metas de desarrollo, y es en ese sector en el que se invierten ingentes recursos. No es ningún secreto, es una realidad. La soberanía se fortalece y se protege en este siglo en tiempo real.
Hace un par de semanas Taiwán fue sede de uno de los eventos tecnológicos más futurista: SemiCon. Congregó a la élite mundial de fabricantes de semiconductores: TSM (taiwanesa), Samsung (surcoreana) y Google (estadounidense), entre otros. El lema: “Empoderando a la Inteligencia Artificial”. ¡Menuda discusión!
La tendencia y la demanda de los mercados por estos microchips son infinitas, a la par que los requerimientos de conexión a redes inhalámbricas más rápidas, de alta velocidad 4G a 5G. Un requisito indispensable, junto con las energías renovables, para captar inversiones. Pues el rédito a futuro es incalculable.
Esta conexión de ultranavegación se presenta como revolucionaria porque, según los expertos, los países pueden digitalizar sus economías y modernizar su sector productivo, de negocios y atraer inversiones.
La red 5G se convertirá en la conexión con el futuro más rápido de lo estimado, con miles de ventajas y sus riesgos, a través de la telefonía y para las industrias (son dos conexiones distintas, según un amigo experto del rubro). El dato clave es contar con redes de fibra óptica. ¿La tenemos? ¿Qué planes hay? El panorama no está muy claro.
Para sorpresa mía, y posiblemente para vos que leés esto, en el caso de Paraguay se prevé que para 2030 al menos el 55% de la población esté conectada a esta quinta generación de tecnología, mientras que para el 2025 ya estarían los servicios 5G comerciales. Este dato se desprende de un análisis de la asociación GSM de telefonías móviles de todo el mundo (disponible en su web), que además proyecta que en unos cinco años la mitad de la población de siete países de América Latina contará con la red 5G. Paraguay ocuparía para entonces el sexto lugar.
De los países de la región sólo Brasil aparece entre las 10 naciones del mundo que ya aprovechan esta revolucionaria navegación inalámbrica.
Entonces, ¿qué tienen en común esos países desarrolladores de semiconductores y red 5G? Que tienen claro que el poder de las naciones reside hoy en su desarrollo tecnológico y que sin conectividad no hay soberanía.
¿Estamos preparados? Les dejo esa respuesta.