Los olvidados del fondo

Unas 400 familias que viven entre los distritos de Minga Guazú y Los Cedrales están divididos por el caudaloso río Monday. Para circular de un lado y otro del río deben utilizar una peligrosa y precaria balsa, ya sea para ir a trabajar, estudiar e incluso en una emergencia de salud.

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Es increíble que en uno de los departamentos con mayor aporte al fisco, Alto Paraná, los pobladores sigan padeciendo la falta de vía de comunicación. La dificultad de conectividad afecta a productores, estudiantes, personas enfermas y toda la ciudadanía de los dos distritos mencionados.

Los habitantes empezaron a pedir la construcción de un puente hace más de 20 años. Sin embargo, el pedido al Gobierno nunca tuvo eco, por lo que permanecen olvidados, pese a que el clamor prácticamente se transmite de generación en generación.

A la balsa se llega por un camino de tierra, lo que agrega un padecimiento a quienes circulan en días de lluvias. En varias ocasiones la embarcación se hundió junto con los pasajeros y vehículos.

La construcción del puente ya había sido declarada emergencia por la Junta Departamental de Alto Paraná, en marzo pasado. Pese a esto aún no hubo una respuesta concreta para la obra. Hoy, los vecinos harán un nuevo intento, reuniéndose con las autoridades.

Este es el ejemplo de padecimiento de muchos pobladores de nuestro país que viven en el fondo, como se denomina a localidades alejadas e incluso no alejadas pero donde los recursos públicos no llegan.

Mientras, en instituciones como el Congreso y el Ejecutivo, se derrochan millones de recursos en siderales salarios de correligionarios, millonarios gastos en muebles, entre otros costosos lujos que se dan, cientos de familias ni siquiera tienen algo tan básico como el camino de todo tiempo.

Es inadmisible que sigamos permitiendo como sociedad que compatriotas sigan padeciendo la falta de servicios básicos. No podemos permanecer indolentes ante tanto clamor y sufrimiento.

Reclamos de esta naturaleza deben ser prioridad para las autoridades locales como intendentes y gobernadores, además de los parlamentarios. Estos deben dejar de ser aduladores de sus correligionarios y dedicarse a gestionar y exigir al Gobierno Central condiciones más dignas a toda la ciudadanía.

No se debe bajar la guardia; al contrario, hay que seguir con los reclamos hasta que las autoridades brinden una atención mínima.

tereza.fretes@abc.com.py

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