Política y violencia de género

El caso sucedido en la Argentina con el ex presidente Alberto Fernández, generó todo un escándalo. Su ex pareja, lo acusó de violencia de género ante los estrados judiciales, lo que dio pie a que los medios destaquen la noticia en grandes titulares, mientras el caso Loan todavía no está resuelto. Toda la prensa dio prioridad a este tema, con lo que fue el asunto más comentado no solo en el país vecino sino en el extranjero. Las noticias ahora llegan en segundos a todas partes del mundo y en las redes sociales todos comentan. En nuestro país también hay opiniones.

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Asimismo, nos vemos sacudidos con frecuencia con casos de feminicidio. De manera que no nos salvamos de violencia en contra de la mujer. La gran contradicción es que el ex presidente siempre se manifestó a favor de los derechos de la mujer y por eso tampoco le perdonan. Porque hay muchas leyes en la Argentina que protege a la mujer y también a favor del LGTBIQ a quienes no se pueden discriminar. Se trata de una sociedad más avanzada y abierta en estos temas. Nosotros somos muy conservadores pero igual hay violencia en Paraguay.

Los políticos se tienen que preocupar más por la educación para erradicar el machismo y fomentar más el respeto a la persona humana. Para que disminuyan víctimas debemos involucrarnos más en muchos aspectos. Hay que leer sobre las leyes vigentes. Las mujeres tenemos que empoderarnos y hacernos respetar. Es importante que los hombres sepan que hay equidad en cuanto a los derechos y obligaciones de ambas partes. La mujer es un ser sublime, la que trae hijo al mundo. Es la gran educadora y es la luz del hogar. La gran sabia que edifica su casa. La mujer no debe perder su dulzura y femineidad. No por contar con derechos puede perder esa cualidad y virtud única que Dios le ha otorgado por naturaleza. Siempre el hombre es fuerte y protector. Allí radica el perfecto equilibrio. No ser rivales ni enemigos. Se puede progresar y ser abundante económicamente, sin existir competencia ni celos.

Las relaciones tóxicas son muy dañinas y hace falta el apoyo psicológico en muchos casos. En temas de violencia falta salud mental y emocional. Se pierde el control y los estribos. Se manifiesta la ira y la escena termina mal. Cuando no hay dialogo y comunicación fluida las cosas se ponen muy peligrosas. Por eso las parejas deben ir a terapia y recibir apoyo profesional a tiempo. La mujer a veces no cuenta sus problemas. Tiene miedo a ir a denunciar en la policía o la fiscalía. Luego ya es muy tarde. Por eso lloramos los hechos de feminicidios, que se pueden evitar. Falta una formación humana y espiritual. Falta evolucionar a nivel de persona e individuo. Ir al yo interior profundo a buscar el autocon0cimiiento. Para vencer debilidades y adquirir fortalezas.

El carácter se forma y la personalidad puede crecer con cualidades humanas extraordinarias. Es cierto, nadie nos enseña a vivir y a amar. Sacar la mejor versión que llevamos adentro. Es una senda que debemos transitar solos. Es una escuela de aprendizaje eterno. Solo si evolucionamos espiritualmente podemos luchar contra el ego y el narcisismo. Cada uno debe descubrir las enormes potenciales de amor y perdón. No encerrarse en el egoísmo y el rencor. Vinimos para ser felices. La única forma que erradicaremos todo tipo de violencia física, mental, psicológica o sexual es teniendo corazón y mucha piedad por el prójimo. Ni las leyes ni la plata puede hacer milagros y cambiar el mundo. La caridad comienza por casa. Tal vez, si cada uno se pone a pensar y reflexionar seriamente se puede cambiar y lograr un poco de paz y amor.

blila.gayoso@hotmail.com

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