Aplastar la voluntad popular

El globo sonda fue lanzado esta semana para medir la reacción ciudadana. A través de una nota dirigida al presidente de la Cámara de Diputados, un grupo vergonzante presentado como de “Concejales municipales del Paraguay, abajo firmantes” solicita aumentar por ley sus mandatos por dos años más, hasta el 2028.

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Vergonzante, no hay una sola firma responsable del planteamiento, no le dieron mesa de entrada pese a tener fecha 5 de junio, y ni siquiera fue asumido por la denominada Asociación de Juntas Municipales del Paraguay (AJUMPA).

Globo sonda, porque la nota parece haber sido filtrada con la intención de testar las reacciones políticas a esta idea de buscar alterar nuevamente por una ley, un mandato ciudadano que fue inicialmente otorgado por cuatro años.

Era de esperarse este planteamiento, lo advertimos cuando hace un par de años se consumó un pacto político para alterar la voluntad popular expresada en las elecciones municipales de 2021.

El domingo 10 de octubre de ese año los ciudadanos habían concurrido a votar, convocados por la Justicia Electoral, para definir a sus autoridades municipales en más de 260 distritos del país, otorgando un mandato a intendentes y concejales para administrar sus recursos por cuatro años, hasta el 2025.

Sin embargo, hace un par de años, un multicolor grupo de intendentes de todo el país presentó un proyecto de ley para ampliar por un año el mandato conferido en las urnas.

Sin que exista un motivo sólido, que justifique extender ese poder y alterar de ese modo la voluntad del ciudadano, el presidente Abdo y los congresistas de la anterior legislatura decidieron vulnerar las reglas de las elecciones de 2021 para dar a intendentes y concejales un año más para manejar los recursos de los contribuyentes municipales.

Vergonzante fue también ese proceso, en el que luego de concretar por mayorías la sanción de la ley de alteración de la voluntad popular en el Congreso, el presidente permitió entonces que la ley fuese promulgada automáticamente al cumplirse el plazo sin que el Ejecutivo se expida para promulgar o vetar el proyecto.

El pacto para alterar la voluntad popular quedó entonces consumado con un intento de justificación posterior por parte del presidente, quien alegó que no quería enfrentarse al Congreso, ya que en ese momento intentaba que se sancione un presupuesto equilibrado para el año siguiente.

“Yo si hubiese sido congresista no hubiese votado por la prolongación de mandato porque considero que si a uno se lo votó por esa cantidad de años hay que respetar el proceso por el que uno fue electo” pretextó Abdo cuando la prensa lo entrevistó sobre el tema.

Todo quedó concretado el 22 de noviembre de 2022, a menos de un mes de las internas partidarias simultáneas, como si se tratase de un canje para que intendentes y concejales de todo el país se involucren en esa campaña.

Incluso el Tribunal Superior de Justicia Electoral, con dos ministros que acababan de asumir, terminó aceptando la decisión, pese a un discurso inicial en el que advertían de una posible acción de inconstitucionalidad.

El globo sonda lanzado esta semana pretende seguir la misma línea bajo la lógica de que si ya se alteró una vez la voluntad popular, por qué no podría darse en una segunda ocasión.

Por ahora, los congresistas de varios partidos políticos dijeron estar en contra de este nuevo intento para aplastar la voluntad popular, igualmente habrá que estar atentos a la jugada, cuando del poder político se trata, la experiencia enseña que siempre es mejor desconfiar.

guille@abc.com.py

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