La investigación refiere que mientras que no aparezcan los cuerpos, no se puede descartar ninguna hipótesis, como por ejemplo de que aún puedan estar vivos, ya que no hay testigos que hayan visto la supuesta acción. Entretanto se realizan intensas búsquedas, esta narración nos propone un tema que, siempre que surge este tipo de episodios, nos lleva a reflexionar sobre la salud mental.
Las redes sociales se inundaron de opiniones y juicios al respecto, pero solo las personas que hemos pasado por cuadros depresivos sabemos que la visión de una proyección futura se presenta totalmente nublada y la desesperación por deshacernos de ese sentimiento es devastadora. En esos momentos no hay esperanza de una vida mejor ni buenos recuerdos.
Insisto en que solo las personas que han pasado por eso saben cuán difícil es sobrellevar esa situación, que no es falta de Dios –como dicen algunos–, es algo mucho más complejo que requiere de una inmediata atención profesional.
La salud mental sigue siendo un tabú, por lo que es necesario instalar el tema para que como sociedad podamos desarraigarnos de ese estigma, que lastimosamente se ha cobrado muchas vidas. Es un problema real y latente.
Pero, ¿es fácil conseguir apoyo profesional? Depende. La mayoría de los profesionales actúan en el sector privado cuyo costo no es muy accesible, al considerar la frecuencia en que se debe acudir a consultas.
Y en el sector público, ¿hay atención? En el presupuesto de la nación 2024 se previó destinar G. 89.000 millones para salud mental. El Hospital Regional de Ciudad del Este cuenta con un pabellón exclusivo para atender a pacientes de forma gratuita. En los hospitales distritales de Presidente Franco, Hernandarias y Minga Guazú también hay consultorios. Sin embargo, no parece ser suficiente.
Como sociedad, no podemos seguir ignorando la importancia de la salud mental para el buen desarrollo de una comunidad. Debe ser prioridad para las autoridades. Se requieren de políticas y programas de inversión acorde a las necesidades de la población para que los servicios sean accesibles y de calidad; y que en un futuro próximo podamos preguntarnos sin tabúes ni prejuicios ¿cómo está tu salud mental?