Son casi 2 millones de cabezas de ganado vacuno el hato ganadero en este departamento, de los cuales, según registro de la Regional Alto Chaco, el 33% de la carne producida es exportada al extranjero, actividad esta que, sin duda, se convierte en el principal rubro económico de la región.
El obispo del Vicariato Apostólico del Chaco Paraguayo, monseñor Gabriel Escobar, mencionaba que gracias a esta actividad económica se logran generar grandes sumas de dinero en concepto del pago de impuestos, por lo que el Gobierno nacional debe acompañar esta inversión del sector privado, procediendo a asfaltar estos caminos.
Cuando se produce la temporada de lluvias, también se inician los inconvenientes generados por la precariedad de los caminos de tierra, dejando aisladas a poblaciones enteras del departamento, cuyos pobladores sufren las consecuencias de no poder transitar por varios meses y, por supuesto, los productores, al no poder sacar sus rubros o animales, lo que genera cuantiosas pérdidas económicas para todo el país.
Este panorama es repetitivo desde hace décadas, el tener que ver el sufrimiento de los habitantes del Alto Paraguay cuando quedan estancados por días entre el lodazal del camino, o cuando los ganaderos deben realizar grandes kilómetros a caballo arreando sus animales, para tratar de hacer llegar a los frigoríficos.
Ahora, con más fuerza, surge la posibilidad de que estos caminos por fin puedan ser asfaltados, o al menos parte de ellos, tal como lo prometió el mismo presidente de la República Santiago Peña. Según el concejal departamental Sergio Cuéllar, el Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones ya cuenta con el estudio de factibilidad y diseño final de estos caminos.
Ahora solo falta conseguir el dinero para financiar la obra y es allí donde se verá si existe voluntad política de parte de nuestros gobernantes en busca de mejorar la calidad de vida de los olvidados habitantes del Alto Paraguay.