El décimo departamento viene siendo escenario de una imparable ola de robos desde el año pasado. Las gotas que colmaron el vaso fueron sin duda el robo de película a la bóveda de los cambistas y la muerte de un joven empresario, en manos de asaltantes que debían estar tras las rejas, pero fueron liberados por jueces de la zona.
El ministro del Interior, Enrique Riera, dijo durante la reunión con los gremios que el Paraguay tiene una deuda histórica con el Alto Paraná, reconociendo que una zona altamente productiva que aporta casi el 30% del PIB del país, merece una atención especial, pues los pobladores necesitan seguridad y tranquilidad para seguir produciendo.
Los altoparanaenses no están pidiendo “un favor” al Estado, sino simplemente están exigiendo un retorno en seguridad de todo lo que aportan al fisco. Retorno que no llega, como el propio Riera reconoció. ¿Cuándo retorna esa inversión?, cuestionó ante los gremios de empresarios, comerciantes y otros.
A pesar de reconocer esta deuda y que el sistema de seguridad está colapsado, que la Policía está sobrepasada y que su propio correligionario (el gobernador César Torres) haya declarado emergencia, Riera le pidió al intendente Prieto que “baje dos cambios”, lo tildó de polémico, entre otros intentos de descalificación.
El que debe bajar dos cambios es usted, señor ministro, bajar no dos cambios, sino como diez cambios a la delincuencia y bajarle también el cambio al intento de desalentar que la ciudadanía y autoridades locales levanten su voz para exigir que el dinero que gran parte se lo arrebata el Estado en concepto de tributos se le retorne en servicios tan básicos como la seguridad. Estoy segura de que si todos los empresarios y comerciantes, en vez de pagar al Estado, invirtieran y administraran todo ese aporte, Alto Paraná iba a ser la zona más segura del país pero, lastimosamente, estamos obligados a que sean los políticos quienes administren nuestro dinero.