Política y falta de liderazgo

Lo sucedido el pasado miércoles 14 de febrero en la Cámara de Senadores, con la pérdida de investidura de Kattya González, fue una muestra de lo mal que se encuentra nuestro país en lo político. Fue un atropello a las Instituciones legalmente constituidas y un golpe a la Democracia y al Estado de Derecho. La exsenadora, en las últimas elecciones, obtuvo 100.000 votos de la ciudadanía y los 23 senadores que votaron por la pérdida de su investidura, no tuvieron en cuenta esa cantidad de electores.

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No les importó la confianza puesta en las urnas por los votantes. Llamó poderosamente la atención que fueron tan veloces para reunirse y tomar la decisión sin dar oportunidad a la ex legisladora a defenderse ni a la gente salir a las calles a manifestarse por este tremendo golpe.

Todos los que respetamos la Ley nos sentimos indignados e impotentes por un hecho tan abusivo de parte de los cartistas, que actuaron con total soberbia y prepotencia. Se nota que les molestaba la actuación de Kattya, siempre denunciando irregularidades y corrupciones. Era una piedra en el zapato de estos impresentables, que como son mayoría en el Congreso, piensan que van a ser lo que les da la gana, con este pueblo que ya está harto del nepotismo, de los robos escandalosos y de los títulos falsos de Hernán Rivas y Orlando Arévalo. Y tantos temas más. El libelo acusatorio fue un mamotreto, sin pies ni cabezas, que tenía que ser rechazado, por errores ortográficos, primero y por falta de argumentos sólidos, después.

En elecciones anteriores, tanto Kattya González como Paraguayo Cubas fueron hasta el Tribunal de Justicia Electoral a contar sus votos y ambos ya en estos momentos están fuera de ese ámbito, por más de haber ganado legítimamente. Paraguayo Cubas ya fue sacado en el periodo anterior y ahora el tocó a Kattya, del Encuentro Nacional. Mañana entonces le puede tocar a otro que es una voz disidente en el Parlamento. Por lo visto ellos no admiten ideas contrarias y deben alinearse como velas, caso contrario, pueden correr la misma suerte de ser expulsados. Y esto es gravísimo porque es una dictadura. Un Parlamento realmente para ser democrático, debe ser abierto, tolerante, respetuoso y pluralista. Con el hecho del 14 de febrero, estos legisladores nos dejaron muy mal parados ante el concierto de las naciones, a nivel internacional. E igualmente a nivel local, dieron pésima lección. Una vergüenza mires por donde mires.

La falta de liderazgo es una asignatura pendiente. La gente no tiene confianza por nadie ya que demasiado engaños sufrió el pueblo. La gente está muy desilusionada de sus autoridades que no representan sus intereses. Más bien, los políticos solo se interesan por llenarse los bolsillos y suben al poder para robar escandalosamente y llenar de amigos y parientes los entes públicos. El pueblo está librado a su suerte, tratando de sobrevivir y ver cómo enviar a la escuela a sus hijos en un par de días. Hay niños que mueren de dengue en los hospitales y la inseguridad es terrible. No se ponen de acuerdo con el tema de la merienda escolar y los útiles que entregaron son de pésima calidad.

Creo que ya llegamos al límite en apenas seis meses de gobierno de Santiago Peña. Los ciudadanos comprometidos debemos estar alertas y salir todos a las calles para asustarles a estos sinvergüenzas. Los 23 senadores deben ser escrachados públicamente y esa lista debe figurar en cines y restaurantes donde no deben ser admitidos. Ellos atentaron contra la República y las instituciones. El pueblo con civismo y moral, no debe perdonar este delito.

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