Creímos que finalmente se cambiaría la cultura del “así nomás” que reina en Paraguay y que permite que cualquier proyecto o iniciativa se apruebe, no por su calidad técnica, sino por cuánto se pague al supervisor de turno, salvo honrosas excepciones.
Finalmente esto no ocurrió y la peor tragedia en tiempos de paz de nuestro país, solo quedó en eso, y ni siquiera a fuerza de las lágrimas pudimos “aprender la lección”.
Como se dice popularmente “tiene que morir alguien” para que las autoridades tomen en serio la cuestión y hagan algo.
No existe tal cosa como el precio político de estas desgracias. Los Ministros, Intendentes y cualquier otra autoridad encargada pasan casi desapercibidos cuando meten la pata en estas cuestiones.
Por ejemplo, aunque está enfrentando un proceso judicial en estos momentos, al Intendente de Lambaré Guido González y a sus colaboradores no se les ocurrió que había que poner una simple baranda en una calle que habitualmente era ganada por los raudales y terminaba en un arroyo. Tuvieron que morir dos personas para que se les prenda la lamparita y terminen colocando una estructura que días antes pudo haber evitado el luto de dos familias.
Pero el caso de Ángel Ramón Barchini y sus colaboradores en el Ministerio de Justicia se lleva todos los premios a la reacción tardía del año. Inteligencia de la Policía les había solicitado que permitan la requisa en tres celdas de líderes de grupos criminales porque tenían la información que se gestaba un golpe.
Los Barchini boys no hicieron caso porque supuestamente el pedido no vino por las vías oficiales, le faltaba membrete, sello y la bendición del Papa.
Mientras tanto oikoma katu la feroz asalto con dos muertos y un camión transportador de caudales convertido en virutas por explosivos.
Recién al día siguiente que se concretó el millonario robo y las muertes, los de Justicia procedieron a verificar las celdas de los líderes criminales en dos cárceles del país. Pero ya era tarde. La intención de Inteligencia de la Policía era anticiparse. pero para los colaboradores de Barchini era más importante la burocracia.
En estos días me tocó ir al Bañado Sur, donde la caída de un muro de contención del Arroyo Ferreira, hace que en fechas de intensa lluvia el cauce hídrico se desborde y las aguas ganen el populoso barrio. Unas 3.000 personas fueron afectadas en los últimos temporales. El primero ocurrió hace más de un mes y el siguiente el jueves pasado. En ambas ocasiones los vecinos de la zona perdieron sus electrodomésticos, muebles, animales y hasta sus ropas.
Pasó más de un mes desde el primer episodio y a pesar del pedido desesperado de los vecinos, la Intendencia de Asunción nada hizo hasta ahora. Será que nuevamente están esperando que muera alguien para salir a lamentar la situación y tomar cartas en el asunto de manera tardía, ya cuando una familia se encuentra enlutada?
Bienvenidos a Paraguay, el país del día después, donde las autoridades hacen algo cuándo ya de nada sirve.