La crueldad del limbo administrativo

Sucede cada nuevo periodo gubernamental… cientos de funcionarios (de esos que sí trabajan) sufren lo indecible al no cobrar sus haberes. Esto porque los nuevos que vienen a ocupar los puestos de decisión se desentienden de los compromisos administrativos asumidos con anterioridad. Aducen que lo pactado antes no es responsabilidad. Y es así que hay personas que no han cobrado sus haberes de agosto y los de septiembre están en “veremos”. Un ejemplo de la situación es la que se da en el Ministerio de Desarrollo Social en donde se habría amenazado con cortarles la cabeza a quienes socializaron la situación en la prensa.

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Ante los reclamos, la nueva administración del MDS resolvió dejar sin efecto el pago de la remuneración al personal de campo -que son alrededor de 900 personas- correspondiente al mes de agosto. El argumento, dicen, es que se realizará una evaluación previa. Sin embargo, los trabajadores han cumplido y siguen cumpliendo hasta la fecha sus labores.

Ciertamente, los mismos son contratados y corresponden al periodo anterior; pero dichos contratos van hasta fin de año, por un lado, y por el otro, se encuentran haciendo su trabajo.

Asimismo, denuncian funcionarios, fueron cesados los pagos en concepto de bonificaciones complementarias que se encuentran “debidamente justificadas en los reglamentos vigentes”. Esto es avalado por el sindicato de trabajadores del MDS que, por cierto, no es la única institución que atraviesa por este trance en el que con la excusa del limbo administrativo dejan a su suerte a cientos de personas. Ante la socialización del problema en medios de prensa, el titular de la cartera habría amenazado con cortar cabezas. Así que además de no pagar a los trabajadores se iniciaría una implacable caza de brujas.

La falta de una política de Estado transversal e independiente a los gobiernos es lo que genera este tipo de situaciones, sumadas a la necesidad de cumplir la promesa de campaña en la que se utiliza una institución pública para pagar favores políticos.

El titular del MDS conoce muy bien la importancia de percibir los haberes en tiempo y forma. Recordemos que mediante una acción de inconstitucionalidad logró percibir su jubilación y además su salario como secretario de Estado. Sin embargo, no paga al personal de la institución arguyendo cuestiones administrativas. Para colmo amenaza a quienes lo ponen en evidencia. Bárbaridad.

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