Te trataron de “pillo y peajero” por defender la soberanía de tu país.
Te escupieron que tus títulos y preparación no sirven para los “carguitos”.
Te hicieron pagar por metrobús que no existe y un acueducto que no funciona.
Te anunciaron promesas que pronto rompieron en salud, educación y caminos.
Te prometieron trabajo pero ellos se repartieron cargos y sueldazos.
Te despellejaron con impuestos para regalar fortunas a claques mafiosas.
Te obligaron a que tus hijos convivan con narcos y lavadores de dinero.
Te “supervisaban” tu préstamo mientras otros lavaban a manos llenas.
Te trituraron con deberes mientras tus derechos eran violentamente ignorados.
Te menospreciaron en escuelas sin kits escolares y con alimentos podridos.
Te obligaron a sufrir para cobrar subsidio y a arrodillarte para un turno en el hospital.
Te sacaron tu dinero para comprarse ellos vehículos y pagar apuestas de caballos.
Te suben los peajes con rutas en mal estado, inconclusas y mal señalizadas.
Te despreciaron con fideos, harina y aceite cuando tus hijos necesitan trabajo.
Te forzaron a pagar el sueldo de planilleros, sus familias y hasta sus amantes.
Te arrodillaron a suplicar por remedios, camas de hospitales y atención para tu familia.
Te cerraron las puertas en la cara cuando pediste caminos, rutas, puentes, agua y luz.
Te negaron documentaciones para tu familia cuando se las regalaban a delincuentes.
Te humillaron en las calles cuando solo querías llegar a tu hogar y no había ómnibus.
Te revolvieron las tripas de miedo con sicarios disparando mientras bailabas.
Te exigen pagar por un ferrocarril y un metrobús que ni existen ni andan.
Te dieron la espalda con leyes que necesitabas y fabricaron otras para sus claques.
Te violentaron al salvar de juicios políticos a quienes merecían ser enjuiciados.
Te mintieron tantas veces. Te robaron tantas además. Te hicieron tantas promesas que siempre quebraron una vez más. Y es posible que vuelva a pasar, que te vuelvan a mentir, que te vuelvan a fallar.
Pero hoy, hoy no te quedes en tu casa. Si 10, 100, 1.000 o 10.000 pensamos que nada puede cambiar, NADA CAMBIARÁ. Pero si nos juntamos entre todos los que pensamos igual, todo se puede torcer, las estructuras se pueden quebrar, el país puede volver a soñar. ¡Que viva el Paraguay!