Un claro ejemplo de todo esto es el tan preciado Estadio Ovetenses Unidos de Coronel Oviedo, que entre los años 2020 y 2021 tenía que haber sido remodelado y ampliado para los partidos del campeonato de primera división y disputas oficiales de la Selección Paraguaya de fútbol. El llamado a licitación para los trabajos estuvo a cargo de la Secretaría Nacional de Deportes y fue de más de G. 2.500 millones adjudicada a la empresa Estructura Ingeniería SA.
Para el anuncio, el propio presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, Robert Harrison, había dicho que, una vez terminada la remodelación del estadio, se iba a apostar por un partido de la Selección Paraguaya. El anuncio fue con bombos y platillos y la ilusión de la gente de la región fue enorme, pero, actualmente, esa ilusión cae a pedazos, así como la propia estructura del Ovetenses Unidos.
Los trabajos consistían en mejoramiento de lumínica adecuada para televisación, cabina de prensa y un nuevo sector de graderías con 1.900 butacas; vestuarios, área de calentamiento y sanitarios. Además, se tendría que haber renovado la fachada exterior del Ovetenses Unidos y el remozado de las graderías existentes que debían ser entregados a mediados del año pasado. Pero, hoy en día, la realidad es diferente.
La empresa Ingeniería SA construyó las graderías norte y sur, pero la estructura del lado norte presenta serias fallas y representa peligro para el público. También el sanitario está en situación deplorable y muchos de los inodoros fueron robados y la sala de prensa y las demás estructuras están en pésimas condiciones. Las torres de luces fueron levantadas a medias y el campo de juego parece más una chacra abandonada.
Actualmente la empresa Ingeniería SA ya abandonó los trabajos y nadie sabe qué pasó de los más de G. 2.500 millones destinados a los trabajos. Para el inicio de la obra, los “líderes” políticos de turno competían en autoproclamarse gerenciadoras de la obra, pero ahora todos se esconden o se culpan del fracaso de la misma.
La gente está cansada de los corruptos y la inoperancia de la Justicia. Ante el abandono de sus representantes y con impotencia, exigen a las autoridades hacer su trabajo en forma.