Desde hace décadas que se vienen denunciado que en la zona operan grandes mafias y organizaciones criminales transnacionales. Estos operan sin mayores contratiempos, gracias a la impunidad o –peor aún– gracias a la protección de la que gozan.
Los operativos antimafias son esporádicos y superficiales. Cuando se realizan incautaciones, detienen, si es que detienen, a algunos miembros secundarios de la organización criminal y todo termina allí.
Con solo mirar lo que hace la Policía Federal brasileña al otro lado del río Paraná nos damos cuenta de la enorme diferencia. Hace unos días, ejecutaron un operativo y detuvieron a decenas de miembros de una organización de traficantes de armas, bloquearon cuentas bancarias con cifras siderales y requisaron evidencias. La investigación surgió a raíz de una incautación de armas en el 2020, en el lado paraguayo.
Mientras tanto, en el Alto Paraná, estos grupos criminales operan a sus anchas sin ser molestados, fungiendo de empresarios de la frontera. Esta impunidad hizo que nuestra zona se haya ganado el mote de tierra de nadie.
Uno de los grandes responsables de esta impunidad es el Ministerio Público, que según las reiteradas denuncias de los gremios de abogados, se ha convertido en rosca de recaudación ilegal. El responsable directo es el fiscal adjunto, que casi siempre recayó en cuestionadas figuras.
Ahora con la asunción de Emiliano Rolón como fiscal general del Estado, es de esperar que las cosas cambien. Quiero creer que es solo el comienzo el hecho de que haya enviado a otra zona a Humberto Rosetti, quien a pesar de serias denuncias en su contra, había sido premiado con el codiciado cargo de fiscal adjunto de Alto Paraná.
Su sucesor es Jorge Arsenio Sosa García, en quien recae el desafío de empezar una profunda limpieza en la Fiscalía de esta zona del país que deja mucho que desear.
Se requerirá mano dura para hacer frente a fiscales que acostumbran recaudar a costa de los procesos. Pero, por sobre todo, se requerirá de mucha honestidad, que es la herramienta más efectiva e infalible para combatir la criminalidad en todas sus formas, y Alto Paraná merece un fiscal adjunto honesto.