Visitamos el lugar y confirmamos la mugre. Desde todo punto de vista, el vertedero a cielo abierto que tiene la Municipalidad en su patio es ilegal.
En el basural encontramos ramas secas, troncos de árboles, neumáticos, chatarras, basura domiciliaria y más. Por si fuera poco, la montaña de basura está rodeada de malezas. Los vecinos denunciaron que la puerqueza municipal acumula bichos, roedores, serpientes y mosquitos, que no les permite disfrutar de sus predios. Además, el olor nauseabundo es insoportable, dijeron.
Constantemente, el intendente de este distrito, Carlos Echeverría (ANR, cartista), y sus directores de Gestión Ambiental, Elena Núñez, de Aseo Urbano; Pedro González y Francisco Ojeda, de Servicios Generales, instan a la ciudadanía a limpiar sus casas y terrenos eliminando los posibles criaderos del mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue, zica y chikunguña.
Es más, en el marco de campaña de lucha contra la chikunguña, enfermedad que ya se cobró varias vidas, Echeverría puso en vigencia, desde enero pasado, el edicto municipal que establece altas multas para dueños de baldíos sucios. Los cobros sólo de la semana pasada fueron millonarios; van desde G. 2 millones hasta casi G. 13 millones que el propietario deberá pagar.
Ante la situación, se aplica perfectamente el coloquial dicho “el chancho hablando de higiene”, porque, mientras la Municipalidad de Luque tiene un vertedero en su patio con posibles criaderos de mosquitos, su autoridad y funcionarios piden a la ciudadanía luqueña limpiar sus casas.
Penosamente, la directora Núñez deslindó toda responsabilidad y los directores González y Ojeda trataron de justificar el vertedero municipal y de responsabilizar sólo a las familias de la mugre de la ciudad.
Archiven estos antecedentes para tenerlas en cuenta en las próximas elecciones.