Una discriminación positiva en favor de los turistas argentinos fue solicitada por la Cámara de Comercio de Encarnación a las autoridades de frontera, para incentivar la venida de turistas compradores. Pidieron se habilite un carril de salida hacia Posadas exclusivamente para vehículos extranjeros, y uno para los nacionales, atendiendo a que aquellos constituyen prácticamente el 90 por ciento de quienes cruzan la pasarela a diario.
El objetivo es alentar la venida de compradores argentinos y “oxigenar” el circuito comercial, acogotado por las escasas ventas. Pese a la cotización desfavorable, los compradores del vecino país encuentran algunas ventajas en el comercio local, pero el tener que hacer “cola” por cuatro o cinco horas para volver desalienta al más estoico.
Durante una reunión entre autoridades de frontera y comerciantes, el jueves, la directora nacional de Migraciones, Ángeles Arriola, anunció la implementación de estos carriles, medida que, dicho sea de paso, todavía no se ejecuta.
De inmediato, surgieron voces de protesta y amenazas de bloqueos al puente de un grupo que se siente discriminado y amenazado en sus intereses. El de los “combustibleros”, una figura del comercio informal de frontera que emergió con el lucrativo negocio de traer combustibles desde Posadas y venderlo en el mercado callejero, provocando la caída en las ventas de hasta más del 60 por ciento a las gasolineras legales, según afirman operadores del sector.
Así las cosas, se plantea una ecuación cuya solución exigirá posturas firmes y desprovistas de populismo por parte de las autoridades, tan reacias a tomar medidas “antipopulares” en tiempos electorales. Deberán asumir si alientan la informalidad, o apoyan a los sectores que pagan impuestos, y salarios a trabajadores.
Un país que se construye sobre la informalidad, la ilegalidad, el “mbarete”, el populismo oportunista, está condenado al fracaso. Demasiados ejemplos de estos vicios tenemos a diario en prácticamente todos los ámbitos de vida nacional. Y así nos va...