La implementación de la “Agenda” se está radicalizando en todos los frentes, pero el climático es el más extremista.
Nueva Zelanda promulgó una “ley de respuesta al cambio climático” (ley de carbón cero) en 2019 que impone reducciones en la compra de fertilizantes nitrogenados y establece impuestos progresivos sobre emisiones de metano que reducirán drásticamente a su sector agropecuario. Holanda y Canadá ya están forzando a sus ganaderos a matar ganado y a sus agricultores a vender sus fincas al Estado.
Lo hicieron a marchas forzadas en Gabón y en Sri Lanka con desastres humanitarios que corruptos medios globales de comunicación han minimizado primero y ocultado después.
Y por eso mismo también se están radicalizando las condiciones para obtener recursos financieros y, últimamente hay pocos recursos que puedan obtenerse sin cláusulas condicionantes insertadas con el fin de obligarnos a someternos a la “Agenda”, a nosotros y a todos los países del mundo.
La Unión Europea es un agente militante de este apriete, como se confirma con su “préstamo” para la “Transformación Educativa”, pero también los organismos multilaterales de crédito y hasta el sistema financiero.
Por ejemplo, hace pocos días, el 5 de octubre, se encontraron en Asunción algunos integrantes de nuestro sistema financiero y organismos multilaterales “…que han logrado incorporar estrategias de sostenibilidad en sus planes de acción y son reconocidas por los avances y el compromiso asumido, incentivando a las entidades de Paraguay a ser protagonistas y asumir el liderazgo en este proceso de cambio”. En el mismo evento firmaron un acuerdo al respecto con el aval de una embajada extranjera.
Cada vez más desembozadamente se nos aprieta con dinero para obligarnos a lo que no queremos, para someternos a los designios totalitarios del grupo mesiánico que impulsa la “Agenda”, el integrado por el Foro Económico Mundial.
Nuestro país asistirá a la Conferencia 2022 de Naciones Unidas para el Cambio Climático, COP27, en Sharm el Sheik, Egipto, del 6 al 18 de noviembre próximos.
El gobierno de Estados Unidos ya adelantó sus propuestas: Reducir las emisiones del sector agropecuario y acelerar el cambio de la matriz energética vehicular.
Si se toma nota de que los norteamericanos son los principales accionistas de la mayor parte de los organismos multilaterales de crédito y que en esto, como en todo, son un frene único con la Unión Europea, se observa fácilmente el diktat sobre nuestra República.