Ahora o nunca

Las luces de los Juegos Suramericanos Asu2022 han iluminado otro Paraguay. ODESUR ha desempolvado algunas maravillosas verdades y otras demoledoras orfandades: ver hombres y mujeres de todas las edades compitiendo casi heroicamente nos hizo redescubrir otro mundo.

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La primera contundente realidad que nos explotó tiene que ver con la heroicidad y orfandad económica de nuestros atletas. Muchos hombres y mujeres que entrenan, viajan y compiten en el extranjero lo hacen con poco o ningún apoyo estatal. En una misma semana hemos visto cómo atletas debieron recaudar fondos para pagar licencias internacionales para poder representar al Paraguay. O cómo el hernandariense Ariel Villalba Luque conseguía en Italia el título de campeón mundial de kickboxing (deporte de contacto de origen japonés) en Italia con NULO apoyo estatal pero con figureteadas de las autoridades. La mendicidad a la que acudió la familia de Ariel para viajar a Europa y representar al Paraguay indigna en un país donde vivimos pagando millonarios pasajes y viáticos a avivados que van, en su mayoría, a inútiles congresos a los que van a pasear.

La segunda irrebatible realidad es que hay una ciudadanía lista a apoyar a sus atletas y que hay público sediento de acompañar otras actividades deportivas: los estadios llenos para el fútbol de playa, el básquet, la natación o el patinaje artístico lo confirman. El fútbol nos tiene en un largo letargo de 12 años sin ir a competencias internacionales de gran valía sin desmerecer realidades que han desteñido, de alguna manera, el balompié con dirigentes averiados y hasta sospechados de delitos. Todo esto sin considerar que se han cruzado los umbrales de violencia tolerables.

Debemos dar una mirada urgente a una tercera realidad a revertir: el apoyo minoritario que aseguran existe para las mujeres. Ani Sisul, una de nuestras atletas internacionales en wakeboard, comentaba que nuestro país invierte más -y se asignan más cupos- a las categorías masculinas. Irónicamente, las primeras cuatro medallas de oro para Paraguay fueron ELLAS: Silvia Patiño en fisicoculturismo, Agua Marina Espínola en ciclismo contrareloj, Alejandra Alonso en remos cortos y Erika Alarcón en patinaje artístico.

La cuarta misión de ahora en más será apoyar a los paraguayos y paraguayas que quieran seguir el sendero que nuestros atletas han abierto con demasiado sacrificio. Mas vale que autoridades regionales, el gobierno central y las binacionales fecundas en fondos de “gastos sociales” se pongan las pilas: NO MÁS MENDICIDAD DEPORTIVA. Los juegos sudamericanos han mostrado que Paraguay quiere más deportes, que hay atletas y que hay público. Y estos deportes y sus deportistas quieren y necesitan también de un Paraguay que los vea y los respalde. ¡Es ahora o nunca!

mabel@abc.com.py

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