Una historia repetida es la postulación del presidente de la República Mario Abdo Benítez a la presidencia de la Junta de Gobierno del Partido Colorado. Con esta decisión privilegiará (ya lo hace) las cuestiones partidarias en detrimento a los intereses nacionales.
Su oponente principal es el líder de Honor Colorado (HC), el expresidente Horacio Cartes.
Las acciones de los líderes nacionales repercuten en los gobiernos del interior, sean municipales o departamentales, porque los intendentes y gobernadores colorados deben definir con quién aliarse para mantener apoyo, y perjudican a los ciudadanos.
En el departamento de Misiones, el gobernador Carlos Arrechea (colorado abdista) apoya las candidaturas del movimiento oficialista Fuerza Republicana. El intendente de San Juan Bautista, José Luis Benítez, quien en principio era de Colorado Añetete actualmente respalda a HC. Es un ejemplo de cómo se presenta el escenario político partidario.
En la antigua Roma, en el coliseo, en la arena, los gladiadores utilizaban todas las artimañas sucias para vencer al oponente. De ahí viene la expresión: “Arena política”.
La mentira, la corrupción, las confrontaciones, sin poner en consideración situaciones más graves como la narcopolítica, son los hechos que atormentan a una población que se debate para ganar el sustento diario.
El obispo de Misiones y Ñeembucú, Mons. Pedro Collar Noguera, el 24 de junio último pidió que los laicos asuman el protagonismo en la política para superar la pobreza extrema, vencer a la narcopolítica y la criminalidad; la injusticia y la impunidad; la precariedad en la salud y educación; la inseguridad y la falta del cuidado del medio ambiente.
El obispo emérito de Misiones y Ñeembucú, Mons. Mario Melanio Medina, por su lado, señaló que la narcopolítica está instalada en el Paraguay, calificó de inepto al actual gobierno y exhortó a la ciudadanía a que en las elecciones del 2023 vote por el cambio, porque este país ya no da más.