El 15 de agosto de 1998, Raúl Cubas Grau y Luis María Argaña juraron como presidente y vicepresidente de la República del Paraguay. La campaña electoral había sido insólita: todo el país sabía que era una dupla que apenas se hablaba. El dúo Cubas Grau - Argaña fue un armado a lo Frankenstein, regalo de la ANR. ¿Cómo se llegó a tal mejunje? Al doctor Argaña le habían robado las elecciones en las internas partidarias del ‘97. En ellas salió electo Lino César Oviedo, quien se presentaba con su dupla Cubas Grau, pero, a media cuadra de las elecciones del ‘98, un Tribunal Militar lo condenó a ir preso por el intento golpista de 1996. Así las cosas quedaron Cubas Grau y Argaña.
Cubas se apoyó en una campaña digna de Macondo: la consigna que retumbó entre los llamados “colorados éticos”, movimiento al que pertenecían Oviedo y Cubas, era clara e indubitable: “Cubas al palacio, Oviedo al poder”. Uno en la silla de López. El otro tendría el poder.
El 19 de agosto de 1998, cuatro días después de haber jurado como Presidente, Raúl Cubas Grau emitió un decreto por el cual conmutó la pena de 10 años de cárcel de Oviedo, impuesta por un tribunal militar; minutos después Oviedo abandonaba la prisión bajo una intensa lluvia, una auténtica tormenta para nuestro país.
La decisión de Cubas Grau no extrañó mucho; lo que sí revolcó las tripas es que apenas habían transcurrido 96 horas del juramento sobre la Biblia donde había prometido cumplir con fidelidad y patriotismo sus funciones constitucionales. La única fidelidad que Cubas Grau cumplió inmediatamente después de asumir es la que había prometido al hombre que lo nominó, en este caso no era su Patrón, era su General: Lino César Oviedo.
Camino a nuevas elecciones es importante que miremos quiénes serán esta vuelta los patrones, los generales, los comisarios, los empresarios, en fin, los poderosos que están detrás de cada candidato/a que se postula al cargo: serán ellos los que tendrán el poder. Podemos sentar en el Palacio a Presidente mezcla de Peter Pan con Cenicienta, pero quienes gobernarán verdaderamente serán los que están detrás, sus financistas. Y esos que necesitan esconderse detrás de alguien para tener el poder generalmente se parecen más a Pablo Escobar y a Al Capone.