Existe una abrumadora podredumbre política

El Paraguay es hermoso, pero puede llegar a serlo mucho más si fuera administrado por personalidades que se entreguen cien por ciento a sus actividades oficiales, con honestidad y patriotismo, que utilicen bien los recursos públicos y naturales, que desarrollen más proyectos pensados para que la ciudadanía esté a gusto y orgullosa en su comunidad.

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Sin embargo, hay pocos avances, demasiadas injusticias y robos que desaniman. Y eso se debe a que aquí actúan en política algunos de los peores seres humanos del mundo, hambrientos de poder y dinero, según se sabe mediante las noticias en los medios de comunicación, aunque se puede notar también que hay personas respetables en contraposición a aquellos, que marcan notoria diferencia y que permiten seguir soñando que todo mejorará, ojalá pronto.

Entre los delincuentes que se hacen o hicieron llamar políticos no solo hay ladrones del dinero público, sino que además están esos que arrebatan sus tierras a campesinos e indígenas, tal como oímos que está sucediendo en estos días, por lo cual no se yerra cuando se les califica como lo peor de lo peor de la sociedad.

Esos ruines sujetos merecen el repudio ciudadano en el lugar que sea, ya que las instituciones no funcionan como para que todos ellos sean castigados como corresponde y se pongan las cosas en su lugar.

Ahora las pujas para la conformación de candidaturas con miras a las elecciones generales del próximo año, especialmente dentro de uno de los partidos, son auspiciosas para la población no porque haya un debate de propuestas brillantes, lo cual está ausente totalmente, sino porque mediante ellas los que buscan ganar el poder o permanecer en él están develando en qué ilícito están o estuvieron involucrados sus contrincantes momentáneos (después se aliarán de nuevo).

Uno de esos grupos pareciera que tiene como requisito para ser parte de él, ser o haber sido un corrupto, ladrón o contrabandista, aunque los que integran el equipo contrincante en gran parte tampoco son “trigo limpio” como dicen los españoles. En ambas banderías hay igualmente un montón de hombres y mujeres “de negocios” motivados solo por sus intereses comerciales. Si están con ellos tienen posibilidades de ganar contratos con el Estado. ¡Cínicos!

Esto es parte del panorama que tienen los electores. Así, parafraseando a los estadounidenses (God bless America): “Dios bendiga al Paraguay”.

gustavo.ortiz@abc.com.py

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