El gobierno actual y el anterior, así como casi todos los otros del actual siglo, para no mencionar todos (la lista es larga), solo hicieron o realizan lo mínimo que deberían por el país, lo cual está a la vista que no es suficiente. No procuraron lograr cambios sustanciales y duraderos tendientes a mejorar 100% el servicio público, aunque sí hay excepciones meritorias.
Cuán diferente ya habría sido este país en estos momentos si los que lo manejaron y manejan tuvieron o tuvieran intención real de solo servir a la patria y no a su grupo (o partido político, como lo llaman sin que lo parezca), a sus parientes o amigos, para favorecerles con dinero público que de haber sido bien usado no habría tantas falencias y carencias en muchas instituciones oficiales del gobierno central y de los regionales.
Y si por ejemplo contáramos uno a uno cuántos administradores de organismos estatales, gobernaciones y municipalidades, entre otros, están inculpados por corrupción (abuso de poder para beneficio propio) se llenarían las páginas de un libro y ello haría que se agregara una causal más para el pedido de juicio político a la fiscala general.
Es así que algunos de esos sujetos toman casi por asalto los organismos, como el IPS de Puerto Casado, donde según denuncias el gobernador de Alto Paraguay hace y deshace ahí la plantilla para ubicar operadores, sin que las autoridades muevan un dedo.
El Ministerio de Salud en estos momentos, también según se divulga en la prensa, parece más una propiedad de ANR porque se realizan atropellos para colocar a pseudopolíticos en cargos en detrimento de otras personas, con miras a las elecciones generales del próximo año.
Hay ahora varios candidatos y candidatas presidenciales creíbles que no se intimidan ante los bandidos y eso abre la posibilidad de que si llegara una/uno a ser el elegido haga un buen trabajo para que aquellos abusos de poder terminen. Si se unen (concertación) tendrán una gran diferencia de votos a favor, si no, de nuevo ganarán los que encubren a los sujetos que se aprovechan de los entes oficiales.