¿Por qué crear las comunidades educativas?

La Constitución Nacional en su artículo 76 y la Ley General de Educación en sus artículos 7, 11, 12, 19, 20 y 22 exigen la creación y vigencia de las Comunidades Educativas en las instituciones educativas. Sin embargo, dichas Comunidades Educativas no existen.

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En cualquier Estado Social de Derecho, como se define el nuestro, esta violación de la Constitución Nacional y de la Ley General de Educación es inadmisible. Esta situación de desacato a lo legislado se mantiene desde mayo de 1998, mes en que se promulgó la ley.

Este hecho grave y escandalosamente irregular es una razón definitiva para crear inmediatamente las Comunidades Educativas en todas las instituciones educativas del país.

La creación de estas Comunidades no solo tiene fundamentos legales, sino que analizadas profesionalmente, encontramos sólidos fundamentos científicos y pedagógicos, filosóficos y teológicos, que las postulan.

Entre las tradicionales ciencias auxiliares de la educación, que convergen en favor de las Comunidades Educativas, destacan la antropología, la sociología con la psicología social y psicología de la afectividad y las ciencias políticas. En todas ellas encontramos elementos importantes que refuerzan la razón de ser y el valor de dichas Comunidades, para el desarrollo humano, social y polírico de todos sus miembros. Al mismo tiempo, ayudan a consolidar el potencial pedagógico de la institución educativa, sobre todo para su misión de educar en democracia y para la democracia.

La antropología confirma que el ser humano, desde los tiempos más primitivos, tiene vocación comunitaria, sin duda porque no es autónomo, es frágil y necesita agruparse para superar riesgos, lograr seguridad, subsistir y realizarse.

La sociología al estudiar a las personas e instituciones en sus relaciones sociales, ofrece conocimientos específicos que iluminan el valor, utilidad y conveniencia de las Comunidades en instituciones complejas, como son las instituciones educativas.

La psicología social corrobora y perfila los conocimientos de la sociología sobre los procesos personales de socialización e integración en comunidades. Y la psicología de la afectividad explora y conquista conocimientos para ayudar a las personas y a los grupos y comunidades a profundizar el enorme potencial del ser humano para crear vínculos y fortalecerlos con la energía del afectar y ser afectados.

La política, como ciencia y práctica de la defensa, el desarrollo y participación en el bien común, contribuye con sus saberes a la responsabilidad que tiene la Comunidad Educativa de trabajar para el bien común de todos sus miembros y de la institución a la que pertenecen, y a su vez refuerza los fundamentos sobre los que se construye la Comunidad Educativa.

Son muchos, profundos y cualificados los fundamentos que ofrecen las ciencias auxiliares para justificar científicamente la razón de ser, el valor y consecuentemente la necesidad de crear las Comunidades Educativas. La ciencia apoya su creación y su vigencia.

La filosofía también aporta conocimientos importantes sobre el ser, propiedades, causas y efectos de las Comunidades. Sus aportes refuerzan los fundamentos de las Comunidades Educativas, justifican su creación y vigencia, y le orientan hacia la perfección de su ser como comunidades.

El filósofo francés Michael Henry nos abre los ojos con su valiosa filosofía y fenomenología de la comunidad, al hacernos ver que el dinamismo de la comunidad, activada por la común unión, se perfecciona y culmina cuando llega a ser “común unidad”. Ese es su profundo sentido y su brillante destino.

La teología cristiana, investigando la revelación y las propuestas de Jesús de Nazaret, suma a lo aportado por la filosofía y las ciencias, la dimensión de trascendencia y valora el ser y propiedades de las Comunidades Educativas invitándolas a crecer en unión y unidad común en la búsqueda de los horizontes sublimes que Jesús nos ha abierto al convocarnos a ser todos uno y poder llegar a ser uno con Él y el Padre en ellos (Jn 17,20-26).

Finalmente, la pedagogía encuentra en las Comunidades Educativas la posibilidad de aplicar con ellas, la eficaz pedagogía para el aprendizaje y la educación en la acción. Las Comunidades se convierten en ideal contexto pedagógico para aprender en la acción a construir democracia y así aprender a ser demócratas.

Las ciencias y saberes auxiliares de la educación son profesionales fundamentos para crear las Comunidades Educativas.

jmonterotirado@gmail.com

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