En primer lugar, una persona antes de cumplir los 18 años de edad, es considerada una niña, niño o adolescente. Significa que debe estar bajo el deber del cuidado de los padres, tutores y familiares cercanos.
Cada ciudadano tiene roles que cumplir en la sociedad, sea cual fuere el lugar que ocupa. Uno de los valores que no se puede perder es el respeto a la persona humana, más aún a los infantes.
Es lamentable lo ocurrido, llámese estupro o violación a la autonomía sexual y atropello a la sexualidad. Pero el instinto animal no se compadece ni de la edad ni condición social ni madurez biológica y psicológica. Si la víctima se encuentra desprotegida, es más elevada la bestialidad de los agresores.
De todos modos el Ministerio Público de San Juan Bautista, Misiones, abrió una investigación fiscal a fin de determinar el lugar del hecho e identificar a los responsables y presentarlos ante la justicia.
Por otro lado, durante la fiesta en la playa Paraíso, se evidenció el incumplimiento del protocolo sanitario. La Policía estima la presencia de unas 20.000 personas y la Municipalidad entre 10.000 y 12.000 asistentes. De cualquier manera, no se tuvo en cuenta el distanciamiento físico ni el lavado de manos ni el uso de mascarillas como medidas preventivas para evitar contagios del covid-19.
La fiesta se convirtió en un verdadero caldo de cultivo de las distintas variedades del virus sea ómicron, manaus y alfa o lo que sea.
Las autoridades sanitarias tanto pidieron evitar la aglomeración de personas como medida de prevención. Sin embargo este verano caliente empezó con un descontrol y libertinaje en los encuentros sociales. Desde el inicio de la pandemia los epidemiólogos insistieron en que las personas son portadoras del virus para la transmisión de la enfermedad. Debería retomarse la responsabilidad de cumplir con el protocolo sanitario y evitar los contagios masivos.