Nos enfrentamos a los “haters” de la humanización, equivalentes a hurreros en política, pero con una cualidad aún peor: Disparan contra todo lo que salte en la pantalla por simple odio, o tal vez… ¿placer?
El jueves pasado se realizó como es habitual la movilización de mujeres 25NPy, un evento con una multitudinaria convocatoria que tiene como fin principal erradicar toda clase de violencia contra las mujeres y a la vez expresar el hartazgo ante las inútiles “acciones” de las instituciones públicas que no otorgan garantías a ni una sola.
La marcha de mujeres por la libertad y supervivencia debería ser digna de admirar, lamentablemente en nuestro país, o al menos en nuestras redes sociales, tal cosa no ocurre. Nos encontramos con mensajes de odio a gran escala, lo que debería llevarnos al siguiente cuestionamiento: ¿Por qué hay hombres e incluso mujeres que prefieren repudiar una lucha legítima antes que optar por la humanización?
La respuesta no parece ser lejana. Como sociedad somos el producto de años de dictadura, la continuación de una época en donde ser libre significaba directamente ser un chupamedias del gobierno y dejar a un lado cualquier tipo de sapiencia. Somos una generación perdida en cuanto ideales propios y a la vez comunes, que en gran parte tuvo a niños que crecieron viendo a padres violentando a madres con “normalidad”, o a mujeres sumisas por temor ante sus “maridos”.
Personalmente querría creer que somos todos seres pensantes, que todos velamos por la humanización, pero la ficción muchas veces se ve superada por la realidad. Dejemos los comentarios estúpidos a un lado y por sobre todo ese pensamiento conservador o machista. Apoyemos como se pueda a aquellas que se animan a alzar sus voces como protesta. Que no haya más muertas ni violencia (es un deseo utópico, lo sé), y recordemos:
¡Todos tenemos una madre, una hermana, una amiga o una conocida y todas deberían vivir libres y seguras!
josé.melgarejo@abc.com.py