La doctora lloraba, ellas cantaban y golpeaban sus bastones contra el piso al unísino... Así se encontraban la ciencia y la cultura ancestral. Más allá de discutir quien tiene (los científicos o las creencias), lo que se rescata es el respeto que un lado profesa al otro y viceversa.
El ser humano es un todo y en ese todo, siempre las ansias de supervivencia han encontrado camino tanto en la ciencia como en la creencia en algo superior.
Es un hecho, cita Gerardo Remolina Vargas en su “Ciencia Filosofía y Fe en el Debate Contemporáneo” que tanto la afirmación de un Ser Supremo, como su negación han convivido a lo largo de la historia humana como un eterno interrogante. Esa realidad no variará en tanto y en cuanto hayan hinchas de ambos lados de la frontera anti y prorreligiosa.
Remolina Vargas recurre a Freud para explicar que “el aspecto más importante de la sicología colectiva lo constituyen las ideas o ilusiones... que no solo procuran calmar nuestras ansiedades ante las fuerzas incontrolables de la naturaleza, sino que le dan credibilidad a los sistemas éticos y morales al asociarlos con la voluntad de Dios”.
Al respecto, existen tantos caminos como individualidades en esa búsqueda de lo absoluto. Más que atascarse en discusiones que taxativamente no tienen respuesta, otras iniciativas buscan propio rumbo hacia esa verdad, como la física paraguaya Evelyn Coronel, quien forma parte del experimento ATLAS de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), dedicado a profundizar en el estudio de la materia, la energía y el tiempo mediante el Gran Colisionador de Hadrones.
Desde Sapucai a Alemania, es ella hoy una de las partícipes del mayor centro de investigación de física de partículas en el citado país europeo. Lo que conecta a Uj’e Lhavos, Sapucai y Alemania es la aplicación de saberes adquiridos de diversas formas para llegar a la verdad, el bienestar, la preservación de la identidad.
En ese tren, nada puede descartarse porque cuando hay fe, como diría doña Escolástica, cualquier palito funciona, o un bastón o una nanopartícula descompuesta mediante un acelerador. Así que hagas lo que hagas, nunca dejes de creer.