Somos tan pocos, apenas 7.252.672 habitantes, según la estimación de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC). Con una gestión más eficiente, íbamos a estar en una óptima situación, pero perdimos la magnífica oportunidad de ser un modelo a seguir a nivel mundial.
Ahora recién se están moviendo luego del chake ciudadano en las calles y en las redes, tras escuchar el desgarrador relato de familiares de internados por covid-19 que quedaron sin plata, dispuestos a vender su casa y hasta a prostituirse con tal de que su padre, madre, hermano u otro pariente logren vencer a este maldito bicho y a la burocracia estatal.
Un gobierno no debe esperar que sus ciudadanos se humillen ante las cámaras de televisión para que puedan actuar. Están obligados a trabajar para la gente, así dicen sus discursos y sus programas de gobierno. Juraron ante Dios inclusive, pero no actúan en consecuencia. Y sabemos perfectamente que ningún enviado del cielo irá a los tribunales para entablar una demanda contra una autoridad, como dice el juramento de rigor.
Me llama poderosamente la atención que ni el entonces ministro Julio Mazzoleni ni sus demás colaboradores más cercanos se hayan enterado de primera mano esta dura realidad. O si no hicieron e ignoraron fue un verdadero acto criminal.
Felizmente varios medios de comunicación se hicieron eco -como debe ser- del quebranto de la ciudadanía ante la falta de respuesta de sus autoridades, lo que provocó la indignación y posterior reacción ciudadana. No es como dicen los cartistas y otros referentes colorados que supuestamente Efraín y Lugo le enviaron a las calles a la gente.
Obviamente que ambos referentes de la oposición apoyan fervientemente estas movilizaciones así como varios afiliados de distintos partidos, incluido colorados, y los no afiliados inclusive. Pero de ahí a decir que las personas que salen con su albirroja puesta y la bandera tricolor en la mano están “manipuladas” por el titular del PLRA y el senador del Frente Guasu, evidencia una muy playa percepción de la realidad social del país.
Me irrita tanto escuchar este tipo de argumentos porque evidencia la falta de autocrítica que todavía siguen teniendo ciertos referentes del Partido Colorado, que hoy está en función de gobierno. Evidentemente quedan restos de humedad de aquel otoño stronista, que intentaba descalificar toda crítica con insultos antes que escuchar los reclamos. Y así le fue, le rajaron al dictador a cañonazos porque de otra manera no se podía.
Ante la amenaza de juicio político, el cartismo de vuelta “recuperó” la cartera de Salud para empujarle a ese mamut que camina a pasos de tortuga. Si este gobierno sigue fracasando en salud pública, tiene pocas chances de seguir administrando el país en el 2023. Tal vez en estas municipales podamos tener alguna muestra médica del descontento de la gente, pero como los intendentes y concejales no tienen la misión principal de manejar la problemática sanitaria del país, entonces tal vez puedan zafar todavía del castigo.
El cartismo no le hará juicio político a Abdo porque complicará seriamente las chances del Partido Colorado, pero le irá quitando terreno de poder a Marito para evitar que siga creciendo el descontento. La ANR quiere seguir en el poder, pese a todo lo que estamos sufriendo, y por ese motivo la importación es vacunas es clave. No es la salud, es el poder el tema.