Sin embargo, pese a que el asfaltado se consiguió, todo quedó como al principio, porque las obras terminaron siendo chapuceras, según las denuncias.
Las autoridades locales se jactaban el 11 de enero pasado durante el acto inaugural que las mejoras se realizaron en tiempo récord, incluso antes del plazo establecido en el contrato, agosto del 2021. Pero, nadie se esperaba que las vías y puentes iban a presentar derrumbes parciales y hundimientos tres semanas después.
El temporal registrado el 2 y 3 de febrero pasado desnudó las falencias de la obra inaugurada por el presidente de la República Mario Abdo Benítez y el ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens.
Una de las deficiencias es la falta de desagües y canalizaciones pluviales, que ocasionó un enorme perjuicio a los pobladores de la zona. La obra estuvo a cargo de Tocsa, representada por Ignacio Ortellado. Costó más de G. 63.000 millones.
La verificación estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Sin embargo, para el fiscalizador de la secretaría de Estado, ingeniero Alejandro Bordón, las graves deficiencias tienen como único origen un evento climático inesperado.
Además, dice que la obra ni siquiera está terminada, es decir, fue inaugurada para la foto y para que el presidente de la República y su equipo puedan jactarse de su “récord” que había sido no es tal.
Actualmente funcionarios de la contratista están trabajando para reparar los puentes, rellenando los agujeros y derrumbes con piedras, colocando ese mismo material en los taludes de las pasarelas para protegerlos, pues los cimientos fueron socavados con trabajos provisorios que generan aún más indignación en la comunidad, por la forma en que se están realizando. Además, de reparar las vías destruidas.
Resulta increíble que los trabajos viales en nuestro país tengan una vida útil tan limitada.